[ezcol_1half]    

 

 

 

el grito

 

 

 

Salimos

al patio de la escuela juntos, yo y el chico

cuyo nombre y cara

 

no recuerdo. Estábamos probando el rango

de la voz humana:

él tenía que gritar por todo lo que valía,

 

yo tenía que levantar un brazo

para hacer señales de un lado al otro de la divisoria

de que el sonido se había oído.

 

Llamó desde el parque —levanté un brazo.

Desde fuera de los límites,

gritó desde el final del camino,

 

desde el pie de la colina,

desde más allá del puesto de vigilancia de Fretwell’s Farm

—levanté un brazo.

 

Desapareció de la vista, pasó a llevar veinte años muerto

con un agujero de disparo

en el techo de la boca, en Australia Occidental.

 

Chico con el nombre y la cara que no recuerdo,

puedes dejar de gritar ahora, todavía puedo oírte.

 

[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]           

 

the shout

 

 

We went out

into the school yard together, me and the boy

whose name and face

 

I don’t remember. We were testing the range

of the human voice:

he had to shout for all he was worth,

 

I had to raise an arm

from across the divide to signal back

that the sound had carried.

 

He called from over the park -I lifted an arm.

Out of bounds,

he yelled from the end of the road,

 

from the foot of the hill,

from beyond the look-out post of Fretwell’s Farm

– I lifted an arm.

 

He vanished from sight, went on to be twenty years dead

with a gunshot hole

in the roof of his mouth, in Western Australia.

 

Boy with the name and face I don’t remember,

you can stop shouting now, I can still hear you.

 

 [/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

Simon Armitage

from The universal home doctor

2002

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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