Se dice que el sentido común es una colección de prejuicios establecidos a los dieciocho años.

Es posible, no sé. Lara viene a ser el contrasentido común, o mejor [ya que el contrasentido común

es otra forma de sentido común, sólo que por oposición] Lara es el sinsentido común, quizá por

originalidad o extravagancia o por carácter.

En súmula, se trata de una mujer poco disciplinada, poco dócil, impulsiva, con sus marcados ritmos

personales, unos deseos urgentes y una tendencia directa a la libertad.

Todo esto se nota, se expresa, se manifiesta en su belleza, que a menudo tiene un punto –o una línea-

de desgarro, como si la mezclara con su pasión, con su drama, de manera que es una belleza dura,

despojada, seria, tal vez de intensidad irregular, sin decoraciones innecesarias.

Tiene una arrancada de caballo, es temperamental: se dice que un buen viajero no sabe adónde va,

pero que un viajero perfecto no sabe tampoco de dónde viene: Lara tiene una belleza arisca,

tan pura que es difícil respirar en ella, como es difícil respirar en el absoluto.

No hay límites, pero si uno cree en ellos, los límites aparecen. Lara sabe que no hay límites y no cree

–ni mucho menos- en ellos, lo que la hace a veces una mujer excesiva, desmesurada, ardiente

en sus deseos. En el rebaño no hay gente feliz, sino, en todo caso, contenta o satisfecha, que son

los equivalentes animales de la felicidad.

Lara no está para perder el tiempo con tonterías porque sabe de manera muy aguda que se va a morir,

lo cual no supone prisa, sino seriedad, gravedad: es una actitud que se obtiene tirando el reloj –que es

sólo una estupidez con mecanismo- y comprendiendo que entre la salida del sol y el ocaso hay tiempo

suficiente.

Es entonces cuando se presentan los momentos sagrados, que son los que modifican el significado

de las cosas, del mundo, de la vida.

Lara es, tal vez, de las personas que se arriesgan a ir demasiado lejos: sólo ellas pueden descubrir

lo lejos que pueden llegar.  

Está hermosa como la destrucción, como la verdad, como la muerte.

 

 

 

 


 

 

 

 

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