CANTO VIGÉSIMO
OCTAVO
Tengo la impresión de que la avaricia
no es un defecto si ocurre en la vejez
cuando el aburrimiento ya está dentro del cerebro.
Me salvé a los setenta años
cuando a las seís de la tarde empecé a apagar las luces
y mi hermano se tropezaba por doquier.
Ahora recojo los fósforos apagados,
(pueden usarse con algodón para limpiarse los oídos)
en suma, de la madrugada a la noche
estoy ocupadísimo:
quiero que mi hermano no se exceda con el azúcar
en la leche y yo que soy goloso de miel
lamo una cucharita los domingos
de pie en medio de los dos póstigos de mi despensa.
Nada de mantel, usamos un pedazo de papel
que luego sirve para prender la chimenea.
Si alguien se para en la noche
es suficiente una vela y el otro se queda en lo oscuro,
Así pasa una hora, pasan dos, pasa un mes
y la cabeza trabaja.
Ho l’impressione che l’avarizia
non sia un difetto se capita da vecchi quando la
noia é già dentro il cervello.
Mi sono salvato a settant’anni
quando alle sei di
sera ho cominciato a spegnere le luci
e mio fratello inciampava dappertutto.
Adesso raccolgo il fiammiferi spenti
(possono servire con del ovatta per pulire gli orecchi)
insomma dalla mattina alla sera
ho un gran da tare: voglio che mio
fratello vada piano con lo zucchero
nel latte e io che sono goloso di miele
ne lecco un cucchiaino la domenica
in piedi in mezzo ai due sportelli della credenza
la tovaglia niente, facciamo con un pezzo di carta
che poi serve per accendere il fuoco.
Di notte se qualcuno si alza
basta una candela e l’altro resta al buio.
Cosí passa un ‘ora, ne passano due, passa un mese
e la testa lavora.
TONINO GUERRA
LA MIEL
poema
TRADUCCIÓN DE STEFANO STRAZZABOSCO
EDICIONES SIN NOMBRE
MÉXICO, 2004
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