CARTAS A THÉO

Vincent Van Gogh

 

Colección Idea Universitaria

Edición 2003

Traductor Francisco de Oraa

BARCELONA

 

Arlés, marzo de 1888

 

 

[ezcol_1half] Mi querido Théo: Estoy en un arrebato de trabajo, ya que los árboles están en flor y quisiera hacer un vergel de Provenza de una alegría monstruosa. Escribirte con la mente reposada presenta serias dificultades: ayer te escribí cartas que en seguida destruí.
…He encontrado una cosa graciosa como no la haría con seguridad todos los días. Es el puente levadizo con un pequeño coche amarillo y un grupo de lavanderas; un estudio donde los terrenos son anaranjado vivo, la hierba muy verde, el cielo y el agua azules. Le falta tan sólo un marco calculado expresamente en azul real y oro, ese modelo con la bandeja azul y la varilla exterior oro; aunque en caso de necesidad el marco podría ser en felpa azul; pero vale más pintarlo. Creo poder asegurarte que lo que estoy haciendo aquí es superior a lo de la campiña de Asniéres en la última primavera.
Estoy de nuevo en pleno trabajo, siempre vergeles en flor. El aire de aquí me «sienta decididamente bien; desearía que lo respiraras a pleno pulmón; uno de sus efectos es bastante gracioso: aquí, un solo vasito de cognac, me marea; así pues al no poder recurrir a estimulantes para hacer circular mi sangre, por lo menos la constitución no se gastará tanto.
Solamente que desde que estoy acá tengo el estómago débil; en fin, esto es un asunto de mucha paciencia probablemente. Este año espero hacer reales progresos, de lo cual, por otra parte, tengo una gran necesidad. Tengo un nuevo vergel que está tan bien como los melocotoneros rosas y que tiene albaricoqueros de un rosa muy pálido.  
Actualmente trabajo en unos ciruelos de un blanco amarillo con mil ramas negras. Gasto enormemente telas y colores, pero asimismo espero no perder el dinero. Además ayer vi una corrida de toros, donde 5 hombres atormentaban al buey con banderillas y escarapelas; un «toreador» se aplastó un testículo saltando la barrera. Era un hombre rubio con ojos grises, que tenía mucha sangre fría; decían que tendría para mucho tiempo..
Estaba vestido de azul celeste y oro, exactamente como el caballerete de nuestro Monticelli, el que tiene 3 figuras en un bosque. Las arenas son muy bellas cuando hay sol y muchedumbre.

 

 

[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] El mes será duro para ti y para mí, solamente sin embargo sería en ventaja nuestra, si la cosa te resulta, hacer todos los vergeles en flor que se puedan. Ahora estoy muy bien para trabajar, y me parece que me hacen falta unos 10 sobre el mismo motivo.
Ya sabes que soy muy inconstante en mi trabajo, y que esta furia de pintar vergeles no durará siempre. Después de todo, vendrán posiblemente las arenas. Además, tengo que dibujar enormemente, porque quisiera hacer dibujos en el género de los crespones japoneses. No puedo hacer otra cosa que batir el hierro mientras está caliente.

Quedaré derrengado después de los vergeles, porque son telas 25 y 30 y 20. No tendríamos bastante aunque pudiera terminar 2 veces otro tanto. Porque me parece que esto podrá quizá fundir definitivamente el hielo en Holanda.
La muerte de Mauve ha sido un rudo golpe para mí. Bien verás que los melocotoneros rosas han sido pintados con cierta pasión. Me hace falta también una noche estrellada con cipreses —- quizá sobre un campo de trigo maduro; aquí hay noches muy bellas.
Tengo una continua fiebre de trabajo. Tengo gran.curiosidad por saber cuál será el resultado al cabo de un año; creo que entonces estaré menos embotado por las enfermedades. Actualmente hay algunos días que sufro mucho, pero esto no me inquieta en lo más mínimo, porque no es más que la reacción de este invierno, que no ha sido ordinario. Y la sangré se repone, que es lo principal.
Es preciso llegar a que mis cuadros valgan lo que gasto en ellos, y aun que lo excedan, en vista de tantos gastos como ya he hecho. Y bien, ya llegaremos a esto. Seguramente que todo no me sale bien, pero el trabajo avanza. Hasta el presente no te has quejado de lo que gasto aquí ; pero ya te he advertido que si continúo mi trabajo en las mismas proporciones, me costará mucho triunfar. Solamente el trabajo es excesivo.
Si llegara un mes o una quincena en la cual te sintieras mal de dinero, avísame, porque entonces me pondré a hacer dibujos y esto nos costará menos. Es para decirte que no tienes que sacrificarte sin motivo; aquí hay tanto que hacer, tantas clases de estudios que no es lo mismo que en París, donde uno no puede ni siquiera sentarse donde quiere.

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