a orillas de la estigia

 

Esto es la estigia, pequeña alma individual,

la Estigia, pequeña alma sorprendida.

Oirás la baja voz de Caronte en la megafonía,

te empujará hasta el embarcadero la invisible mano

de una ninfa huida del bosque terrenal

(aquí todos trabajan desde antaño).

En los pestañeantes reflectores verás cualquier detalle

del revestimiento de hormigón armado de la orilla

y cientos de motores en vez de aquella barca

desde hace tantos siglos de madera podrida.

La humanidad se ha multiplicado varias veces y ya ves lo

que pasa

mi pequeña y nostálgica alma.

Con gran daño del paisaje

los edificios se han acumulado junto al lago.

El transporte fluido de las almas

(millones de pasajeros año tras año)

es ya inimaginable

sin almacenes, diques y salas.

Hermes, mi pequeña alma pintoresca,

debe prever con antelación para otros días

qué guerras y dónde, y qué tiranías,

para después contar las barcas de reserva.

Gratis pasarás a la otra orilla

y sólo por nostalgia hacia otros tiempos

hay unas huchas en las que leemos:

Se ruega no depositar la calderilla.

Subirás en el sector siete gamma

a la barca tau once.

Cabrás, cabrás apretujada entre muchas otras almas,

así lo quieren la necesidad y las computadoras.

En el Tártaro te espera también una estrechez terrible

porque no es, como debería, flexible.

Movimientos reprimidos, arrugadas ropas,

en la cápsula de Leteo apenas una gota.

Mi pequeña alma, sólo si dudas de la otra vida

tienes una más amplia perspectiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Szymborska, Wislawa

Poesía no completa

texto introd. de Elena Poniatowska

ed. y trad. de Gerardo Beltrán, Abel A. Murcia

2a ed. -México

FCE, 2008

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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