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algo evidente
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Henos aquí, amantes desnudos,
bellos —y mucho— para nosotros mismos,
sólo cubiertos con hojas de párpados,
recostados en una noche profunda.
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Pero saben ya de nosotros, saben,
estas cuatro esquinas, este quinto horno,
esas sombras sagaces sentadas en las sillas
y la mesa con su muy significativo silencio.
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Y saben los vasos por qué, en el fondo,
el té se enfría sin que nadie se lo tome.
Swift ya no tiene ninguna esperanza,
nadie lo leerá esta noche.
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¿Y los pájaros? No te hagas ilusiones:
ayer vi cómo en el cielo
escribían abierta y claramente
el nombre con el que te llamo.
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¿Y los árboles? Dime qué quiere decir
su murmullo infatigable.
Dices: tal vez el viento tenga a bien saber.
¿Y cómo supo el viento de lo nuestro?
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Entra por la ventana una mariposa nocturna
y con sus alas velludas
ensaya despegues y aterrizajes
zumbando terca sobre nuestras cabezas.
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¿Acaso ve más que nosotros
con la agudeza de su vista de insecto?
Yo no lo presentí, tú no lo adivinaste:
nuestros corazones brillan en la oscuridad.
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Wislawa Szymborska
Poesía no completa
de Llamando al Yeti, 1957
Edición y traducción de
Gerardo Beltrán, Abel A. Murcia
2ª edición
FCE, México, 2008
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