wisława szymborska

 

 

prosas reunidas

 

traducción Manel Bellmunt Serrano
Malpaso Ediciones, S. L. U.
Barcelona
1ª edición: enero de 2017

 

 

 

 

 

problemas en el paraíso

 

 

 

 

En el año 1937, Helena Valero, quien por entonces era una niña de doce años de edad,

fue raptada en dramáticas circunstancias por los indios yanomamis, que habitaban los

bosques situados entre el Río Negro y el curso alto del Orinoco.

Tras veinte años de cautiverio, consiguió volver a su civilización natal, y su historia

(registrada por un etnógrafo italiano) se convirtió en un documento etnográfico y psicológico

único. Hasta ese momento, el hombre blanco no sabía prácticamente nada sobre la vida

de los yanomamis.

Asimismo, estos no deseaban tener contacto alguno con el hombre blanco.

Aislados por la selva virgen, vivían en una realidad propia, «impermeable», perdidos en un

tiempo al que las gentes civilizadas llamaban prehistórico.

El único objeto que conocían de esa cultura extraña era el machete que usaban para cortar

la maleza. Aunque habían conseguido hacerse con él mediante intercambios esporádicos

a orillas del río, no devino un utensilio para matar en las manos de los indios, ni en el maligno

símbolo de una cultura «superior».

Los yanomamis ya se diezmaban entre ellos con la ayuda de sus armas convencionales:

la vara y las flechas envenenadas.

Y lo hacían tan eficazmente que la fertilidad de las mujeres no compensaba las pérdidas

ocasionadas por la belicosidad de los hombres.

¿A qué se debían estas guerras entre tribus, guerras sin principio ni final? Pues bien, no se

debían a necesidades elementales: las tribus no conocían el hambre y tenían tierras para

cazar y materiales con que construir sus chozas en abundancia.

Pero, aun así, morían; al menos, esa ha sido la impresión que me he llevado al leer este

asombroso libro.

La culpa parece tenerla alguna costumbre tan fuerte como para imponerse a todas las que

se esfuerzan por conservar la vida de la comunidad. Desde la adolescencia, los hombres

aspiran de manera ritual epená, un narcótico que se obtiene a partir de las plantas locales.

Su humo estimula poderosamente la agresividad y, tras un uso prolongado, provoca graves

trastornos mentales.

Las mujeres saben que cuando sus maridos, hermanos e hijos se juntan para inhalar

epená, pasará algo malo, ya que siempre se encuentra algún motivo para pelearse después

de un par de buenas aspiraciones.

Para los hombres supone un gran honor convertirse en un waiteri.

Un waiteri es aquel que consigue matar a un hombre que, a su vez, ha logrado matar a

otros hombres anteriormente.

De ese modo, la idea del caballero errante se extiende por toda la comunidad.

Se sabe de la existencia de caballeros errantes en nuestra Edad Media, aunque estos

eran siempre individuos que únicamente buscaban llenar con algo el tedio de

entreguerras.

En cambio, todo indio yanomami debía convertirse en un waiteri, circunstancia que ponía

en tela de juicio el destino futuro de esas tribus. A primera vista puede parecer un pueblo

sano y paradisíaco que apenas conocía la enfermedad; aunque, si lo pensamos bien,

muy pocos tenían el privilegio de llegar a enfermar.

¿Se trata, quizá, de algún tipo de degeneración psíquica? ¿Todos los pueblos cazadores

y recolectores primitivos se guiaban por el mismo tipo de reglas?

Si es así, ¿cómo han conseguido sobrevivir? ¿Que hace que esas leyes comunes

evolucionen? Son preguntas ingenuas, pero, ante su majestad la Antropología, preferiría

no aparentar que sé lo que no sé.

 

 

 

 

 

 

 

YanoÁma: el relato de una mujer raptada por los indios

Ettore Biocca

traducción del italiano de Barbara Sieroszewski

Varsovia,

Pañstwowy Instytut Wydawniczy

1974;

ejemplar prestado, ya que, como consecuencia

de su limitada edición, se ha agotado

en un abrir y cerrar de ojos

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

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