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zona
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notas
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Núcleo germinal de la poética de su autor, Zona ha devenido uno de los paradigmas de la poesía contemporánea.
Según todos los indicios, la primera versión, realizada en pareados irregulares, data del tercer trimestre de 1912, al igual
que otras composiciones de tono mayor, como Cortejo o Vendimiario, con las que guarda una estrecha relación.
En abril de 1913, coincidiendo con la salida de la primera edición de Alcoholes, la revista alemana Der Sturm (que
regularmente daba cuenta, en varios idiomas, del hervor vanguardístico de la época) publica el texto.
La mayoría de los críticos coinciden al señalar que Zona es una especie de obertura, de introducción temática y estética
al conjunto, a la que responde y corresponde, en perfecta simetría, Vendimiario. De ahí que Apollinaire haya decidido, poco
antes de la impresión del libro, situarlo en cabeza, ocupando el lugar que ocupó primeramente El puente Mirabeau.
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Título: el término zone (lat. zona, «cintura»), puede designar comúnmente un «arrabal»: espace, a la limite d’une ville, caracterisé
par la misere de son habitat, acepción ésta más que probable en el caso que nos ocupa, si bien he preferido atenerme al sentido
general del vocablo.
Antiguo: cualquiera de las acepciones del adjetivo ancien resulta esclarecedora para comprender el impulso originario del
texto. Por un lado es evidente que el término puede entenderse tanto en el sentido de «remoto» (qui existe depuis longtemps ou
qui a existé autrefois) como en el de «caduco» (quin’est plus en fonction, esto es, «que ya no es útil, que ya no sirve»). Pero,
dado el momento de cambio, de transición en que el poema fue escrito, es lógico pensar que Apollinaire entiende el «mundo
antiguo» como contrario al «mundo moderno», sobre todo.
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A este respecto, es necesario tener en cuenta, entre las muchas influencias respirables, las secuelas visibles en su obra
de dos movimientos «víricos» de la época: el cubismo y el fu turismo, por los que Apollinaire, como poeta y crítico, se interesó
vivamente (de hecho, durante aquel mismo año, 1913, publicó sendos opúsculos consagrados a ellos: Meditaciones estéticas.
Los pintores cubistas y La antitradición futurista, manifiesto-síntesis).
El primero contagió a la obra de Apollinaire su forma de analizar, fragmentar y reconstruir el mundo (concepción mental
versus mímesis), y, en consecuencia, su pasión por el collage, piedra fundamental de la poética apollinairiana. En cuanto al
segundo, es innegable que existen numerosas coincidencias entre las posturas estéticas (o antiestéticas) defendidas por
Marinetti y las materializadas por su compatriota.
Por ejemplo: imposible conocer la verdadera razón que impulsó a Apollinaire a eliminar, en la última prueba de corrección
de Alcoholes, toda la puntuación, pero es un hecho que quien primero abogó por la supresión radical de la sintaxis y de los
signos ortográficos fue Marinetti. Como es sabido, para el profeta de las máquinas, las palabras debían estallar tipográficamente
«en libertad» sobre las páginas del libro, formando así «cadenas de analogías», imágenes en bruto.
Aunque por vías distintas y con resultados distintos, ambos creadores persiguen un lirismo similar, sintético, producto de la
desestructuración del lenguaje, al tiempo que comparten su deseo de acortar definitivamente la eterna distancia entre la lengua
literaria y la hablada. Aun así, en modo alguno cabe adscribir una obra tan singular, tan extraordinaria como la de Apollinaire a
ninguna de las vanguardias de principios de siglo, ya que no supone, en realidad, una ruptura sino más bien una continuación,
una superación de la ya «vieja escuela» simbolista que éstas intentaban erradicar a toda costa.
Pastora: Al hablar de la «ambigüedad semántica» como uno de Jos rasgos estilísticos de Apollinaire (heredado en buena
parte de Rimbaud), Michel Décaudin nos recuerda que «la torre Eiffel de Zona es bergere no sólo porque tiene a sus pies «el rebaño
de los puentes» sino porque está sur les berges (los ribazos) del Sena». (Michel Décaudin commente Alcools, collection Folio,
Gallimard, París, 1993).
Port-Aviation: aeródromo situado en Juvisy-Sur-Orge, del que partió en 1911 la carrera aérea París-Roma, a cuyo vencedor,
Beaumont, bendijo Pío X. Patriarca de Venecia desde 1893 a 1903, y papa desde aquel año a 1914, Giusseppe Sarto, San Pío X,
al igual que su antecesor nominal, Pío IX, fue antidemócrata y, sobre todo, antimodernista, como dejó bien claro en su decreto
Lamentabili y en su encíclica Pascendi (1907). De ahí que, con evidente ironía, Apollinaire se refiera a éste como «el europeo más
moderno de todos».
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Al hilo de esta alusión, creo oportuno recordar aquí los rocambolescos orígenes de Wilhelm Albert Wladimir Alexandre
Apollinaire de Kostrowitzky, nacido en Roma, el 26 de agosto de 1880. El abuelo polaco del futuro Guillaume estaba trabajando
al servicio del papa cuando su hija Angélica, de veintidós años, se quedó preñada de un tal Francesco Flugi d’ Aspermont, con
quien, para más inri, tuvo Juego otro hijo (Albert), también ilegítimo. No es preciso recurrir a los estudios psicoanalíticos sobre el
poeta para imaginar hasta qué punto debió de marcarle la toccata e fuga de su supuesto padre y los amoríos y desvaríos de
su joven madre.
Por todo ello, seguramente, una de las caricaturas que hizo Picasso representa a su amigo romano vestido de papa (tiara
incluida) y sentado en el solio pontificio.
Taquimecanógrafas: la palabra forma parte de la terminología moderna, inusual, «antipoética» por la que Apollinaire apuesta
abiertamente en todas sus obras. Por supuesto, no era el único en emplearla, y gloriosos precedentes la habían ya introducido.
Lo significativo es que en sus versos estos términos más o menos recientes, «populares», confluyen con otros sumamente arcaicos
y cultos, algunos incluso ya entonces en desuso.
René Dalize: Seudónimo de René Dupuy, «el más antiguo de mis compañeros… muerto en el Campo de Honor el7 de mayo
de 1917″, según reza la dedicatoria de Caligramas. Apollinaire y Dalize estudiaron juntos en el colegio Saint-Charles de Mónaco.
Tras una breve carrera de marino, Dalize se hizo escritor y periodista, y fue uno de los fundadores de la revista Les Soirées de París.
Os: Los colegas consultados opinan que Apollinaire se refiere a sí mismo, lo cual, a mi juicio, no tiene sentido. A lo largo de
todo el libro, Apollinaire jamás emplea el pronombre vous en su sentido cortés, ni siquiera para referirse a sus amadas, a quienes
siempre tutea, en consonancia con su uso actual, aunque siempre personal, del lenguaje, y cuando toma la palabra lo hace o bien
hablando él mismo por medio de la primera persona del singular o bien dirigiéndose a sí mismo con la segunda persona del singular.
Es más, algunas veces, como ocurre en Zona, utiliza los dos pronombres, yo, tú, en una misma estrofa, recurriendo a un
desdoblamiento psicológico y a una objetividad de índole netamente moderna.
Pupila Cristo del ojo: Es muy probable que, como indican varios críticos, la curiosa imagen implique un juego de palabras entre
«Cristo» y el «cristalino» ocular.
Simón el Mago: Este sugerente personaje bíblico que, según la leyenda, quiso comprarles a los apóstoles Pedro y Juan su
milagroso poder (Hech. 8, 15-24), y que según la leyenda se elevó por los aires montado en un carro de fuego, es el protagonista de
un relato homónimo de Apollinaire incluido en El Heresiarca y Cía… cogerla al vuelo: Con este verso intento reproducir el juego
semántico creado a partir de la homofonía de los términos valer (volar) y voleur (ladrón).
Desafortunadamente, no he podido mantener la blasfemia implícita en él.
… volteador: Nuevo juego de palabras. Entiéndase «volteador» en el sentido de «volatinero», el que danza y hace suertes
sobre la cuerda floja. ¿Sabría Apollinaire que «El gran volteador holandés» era, según una superstición marinera, un buque
fantasma que asolaba los océanos?
… Apolonio de Tiana: Todos los personajes citados, de una u otra manera, lograron elevarse por los aires. Apolonio de Tiana
(tal vez el menos conocido de ellos), fue un filósofo pitagórico que pasaba por ser un mago.
El primer aeroplano: Cristo, naturalmente.
El pájaro Roch: Pájaro fabuloso de las Mil y una ncfches sobre el que viajaba Simbad.
Pihis: En China, pájaros legendarios que, como explica el propio Apollinaire, al no tener más que una sola ala, vuelan en pareja.
… amado: Tal y como ha puesto de manifiesto la crítica, en el fondo de los poemas amorosos de Alcoholes subyacen las
relaciones que su autor mantuvo con Annie Playden (la miss inglesa de su alumna Gabrielle de Milhau) y, sobre todo; con la pintora
Marie Laurencin. En el caso de Zona (definido por el propio Apollinaire como un poeme de fin d’ amour), gran parte de la tristeza que
rezuma proviene de la depresión en que cayó Apollinaire tras el fracaso de su idilio con Marie (mayo de 1907-junio de 1912).
Sin embargo, gracias a la intuición, al talento innovador de Apollinaire (que, entre otros muchos cambios, eliminó finalmente
las múltiples referencias autobiográficas de la primera versión), el malestar del protagonista logra superar todo tipo de
«sentimentalidad», de subjetividad, para convertirse en náusea.
Os sorprendéis rezando: ¿El protagonista y su amigo René Dalize? (vid. nota anterior, Os.)
Ensangrentadas: Algunos versos de uno de los borradores conservados eran más explícitos al respecto: «sus menstruos se
mezclan con el arroyo, el aire está infectado/ El aliento de las mujeres es fétido y su voz mentirosa».
La sangre es uno de los muchos núcleos temáticos que se repiten a lo largo de toda la obra de Apollinaire, núcleos que
originan ese conjunto de «metáforas obsesivas» al que los especialistas en Apollinaire, siguiendo a Mauron, suelen referirse
frecuentemente.
Las ágatas de San Vito: la anécdota (¿real?) aparece relatada en El Heresiarca y Cía.: «Me señaló una amatista: -Observe,
en el centro, las vetas dibujan un rostro de ojos llameantes y enloquecidos. Pretenden que es la máscara de Napoleón. -¡Es mi
rostro- grité-, con mis ojos sombríos y celosos. Es cierto. Ahí está mi doloroso retrato, cerca de la puerta de bronce de la que
cuelga el anillo que tenía san Wenceslao cuando fue asesinado. Yo estaba pálido y me sentía desgraciado por verme
repentinamente loco, yo que tanto temo llegar a estarlo … «
Como tendrá ocasión de comprobar el lector, en Alcoholes abundan sobremanera las alusiones al destino, a las artes
adivinatorias y al esoterismo en general. Al igual que muchos de sus coetáneos (Max Jacob, Modigliani, el joven Breton … ),
Apollinaire se mostró siempre interesado por todo lo relacionado con lo oculto y lo paranormal. Él mismo llegó a confesar en
una de sus anecdotiques que durante una época frecuentó a una vidente llamada Violette Deroy que, entre otras cosas, le predijo
su encarcelamiento «en la Santé».
San Vito: es la catedral de Praga.
Hradchin: el castillo real de Praga, inmortalizado por Kafka.
Juzgado de instrucción: alusión al absurdo affaire del Louvre que acabó llevando a la cárcel al poeta y que dio lugar a la
serie titulada En la Santé.
Argentados de Argentina: perfecto ejemplo de las muchas aliteraciones que abundan en toda la obra de Apollinaire.
Lit. «Esperan ganar dinero en Argentina».
Mi boca: la primera versión, mucha más descriptiva, no deja lugar a dudas acerca de la acción sexual que está realizando
el protagonista en el cuerpo de la muchacha (la cual, a juzgar por el verso anterior, seguramente acababa de parir o de sufrir un
aborto): «Beso esa especie de llaga peluda y roja».
El hecho de que Apollinaire haya suprimido este verso puede deberse no tanto a su pudibundez como a su deseo de recurrir
a la elipsis, a la ruptura sintáctica y semántica como medio de expresión. Para él, la creación consistía básicamente en «ordenar
un caos» cuya única «medida» es «el instinto». Así, además de resultar mucho más sugerentes, estos flashes arrojados por el
autor contra el cerebro del lector causan un impacto tal en él que le resulta muy difícil desengancharse de la imagen suscitada.
Impacto tras impacto, al concluir el poema, el lector se encuentra con un impresionante puzzle mental que forzosamente
debe intentar recomponer.
De todos modos, a juzgar por el verso anterior de la primera versión (en el que el fragmento ma bouche también aparece
sintácticamente aislado), «boca» puede tener aquí el sentido general de «abertura», esto es, «(el vientre de) la pobre putilla: el
hueco en el que me adentro sin ganas».
Auteuil: barriada parisiense en la que vivió Apollinaire hasta finales de 1912, cuando se trasladó al bulevar Saint Germain.
A ella se alude también, significativamente, en el último poema que cierra el libro, Vendimiario, subrayando así el carácter
itinerante, errabundo del protagonista que, uno tras otro, «vomita» ante nosotros sus recuerdos.
Fetiches: al igual que Picasso, y que otros coetáneos suyos, Apollinaire fue un gran coleccionista de arte étnico, el cual,
es notorio, ejerció una influencia decisiva en el nacimiento de muchas de las comentes artísticas de este siglo. Precisamente
Picasso le fotografió en su taller de la plaza Clichy junto a uno de los muchos ídolos que el pintor poseía.
Cristos inferiores: entiendo el adjetivo inférieurs en relación con su raíz etimológica latina íriferus. A diferencia de Cristo,
los ídolos primitivos son dioses «infernales», subterráneos, «de las oscuras esperanzas».
Sol cuello cortado: Como ya he comentado, a lo largo de toda su obra Apollinaire demuestra un interés casi patológico
por las imágenes cruentas. Cuerpos descuartizados, figuras sanguinolentas, objetos punzantes o cortantes … forman, desde
siempre, parte fundamental de su iconografía poética. Así, el origen de este verso magistral (reforzado por la aliteración cou
coupé) se remonta hasta Les Doukhobors, un poema escrito a los dieciocho años:
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» … el sol radiante
Debió de parecer a sus
ojos extasiados
El cuello truncado de una cabeza inmensa, inteligente
Cuyo rostro
y cuyos ojos amplios petrificados
No se atreviese a mostrar el verdugo
A la multitud
ebria
¡Y cuánta sangre, cuánta sangre te salpica, oh mundo
bajo este cuello
truncado!».
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Años después, en Les Soirées de Paris, hallamos un verso casi idéntico a éste con el que se sintetiza maravillosamente
la imagen originaria: «Soleillevant cou tranché =Sol naciente cuello truncado».
Por otra parte, estas metáforas sintéticas, estas imágenes raccourcies (emparentadas con el tipo de imágenes puras por las
que abogaba Réverdy), son otro de los rasgos estilísticos de Apollinaire. En Alcoholes hallamos otros dos ejemplos muy similares
al que comentamos: «Ojos estrellas bestiales» (Lul de Faltenin), «Olas peces arqueados» (El viajero).
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Guillaume Apollinaire
Alcools
Traducción y notas: Juan Abeleira, 1995
poesía Hiperión
Colección dirigida por Jesús Munárriz
Madrid
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