la canción de los puercoespines

Se oía en lo hondo de los bosques, gritos de mujeres que tenían pasiones con los bichos.

Algunas eran mordidas y casi asesinadas y se salvaban de sólo un manotazo.

-Aparte! ¡Fuera, poca cosa, asesino! Yo soy gente. Y usted, no.

Y se veían los rostros estrechos, ríspidos, de los puercoespines, que sólo las hozaban y bebían,

sin impor­tarles de más nada.

Otra gritaba:

-Me perturbó todo el vientre. Es seguro que voy a poblar la tierra con nuevos puercoespines!

Y gritó la otra:

-Pero ¿En qué caí…! ¡Si viera mi ma­dre…! ¡De la manera como me crió!

Y una voz más lejana y honda, le dijo:

-Tu madre aquí mismo hozó. Ah! Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

Hay una neblina, un viento helado, pero fuera del bos­que, allá.

Porque aquí dentro está espléndido, calentito, como jamás se vio.

Marosa di Giorgio

MISALES

Relatos eróticos

1a ed.

Buenos Aires

El Cuenco de Plata

2005


 

 

 

 

 

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