–
–
–
–
pecado original
–
–
Cuando la puta se pinta los ojos
el infeliz supone que es un homenaje a su estilo personal
y hasta olvida la dura tensión que el dinero
sitúa entre los dos como cuerda tirante.
El orgullo se le pudre de golpe cuando ella
mecánicamente manifiesta su apuro por marcharse
y hasta un estúpido puede terminar odiándose a sí mismo,
como una especie de conocimiento parecido a la náusea.
De modo que al salir escupe en la calle
y su dialéctica no da para más.
Cómo podría usted enjuiciar a este individuo,
a este lamentable compatriota que carga a su manera
con toda la vergüenza de la época,
especialmente ahora cuando le vuelve el miedo,
el terror a la policía y al orden que lo engendró;
cuando siente que lo mejor es refugiarse junto al televisor
y achicar todo lo posible su miembro irritado,
aunque los jueces saben, por revelación,
que allí se genera y concentra la culpa,
habiendo pagado o no,
habiéndose o no, la culpa, trasladado a los sesos.
–
–
–
–
–
–
–
–
0 comentarios