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La literatura, que es el arte casado con el pensamiento, y la realización sin la
mácula de la realidad, me parece ser el fin hacia el que debería tender todo
esfuerzo humano, si fuese verdaderamente humano, y no una superfluidad de lo
animal. Creo que decir una cosa es conservarle la virtud y quitarle el terror. Los
campos son más verdes en el decirse que en su verdor. Las flores, si son descritas
con frases que las definan en el aire de la imaginación, tendrán colores de una
permanencia que la vida celular no permite.
Moverse es vivir, decirse es sobrevivir. No hay nada real en la vida que no lo
sea porque se ha descrito bien. Los críticos de casa pequeña suelen señalar que tal
poema, generosamente rimado, no quiere, al final, decir sino que hace un buen día.
Pero decir que hace un buen día es difícil y el día bueno, él mismo, pasa. Tenemos,
pues, que conservar el buen día que hace en una memoria florida y prolija, y que
constelar así de nuevas flores o de nuevos astros los campos o los cielos de la
exterioridad vacía y pasajera.
Todo es lo que somos, y todo será, para los que nos sigan en la diversidad del
tiempo, conforme nosotros lo hayamos imaginado intensamente, es decir, lo
hayamos, con la imaginación metida en el cuerpo, verdaderamente sido. No creo
que la historia sea más, en su .gran panorama desteñido, que un decurso de
interpretaciones, un consenso confuso de testimonios distraídos. El novelista es
todos nosotros, y narramos cuanto vemos, porque ver es complejo como todo.
Tengo en este momento tantos pensamientos fundamentales, tantas cosas
verdaderamente metafísicas que decir, que me canso de repente y decido no
escribir más, no pensar más, sino dejar que la fiebre de decir me dé sueño, y yo
haga fiestas con los ojos cerrados, como un gato, a todo cuanto podría haber dicho.
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A literatura, que é a arte casada com o pensamento e a realização sem a
mácula da realidade, parece-me ser o fim para que deveria tender todo o esforço
humano, se fosse verdadeiramente humano, e não uma superfluidade do animal.
Creio que dizer uma coisa é conservar-lhe a virtude e tirar-lhe o terror. Os campos
são mais verdes no dizer-se do que no seu verdor. As flores, se forem descritas com
frases que as definam no ar da imaginação, terão cores de uma permanência que a
vida celular não permite.
Mover-se é viver, dizer-se é sobreviver. Não há nada de real na vida que o não
seja porque se descreveu bem. Os críticos da casa pequena soem apontar que tal
poema, longamente ritmado, não quer, afinal, dizer senão que o dia está bom. Mas
dizer que o dia está bom é difícil, e o dia bom, ele mesmo, passa. Temos pois que
conservar o dia bom em uma memória florida e prolixa, e assim constelar de novas
flores ou de novos astros os campos ou os céus da exterioridade vazia e passageira.
Tudo é o que somos, e tudo será, para os que nos seguirem na diversidade do
tempo, conforme nós intensamente o houvermos imaginado, isto é, o houvermos,
com a imaginação metida no corpo, verdadeiramente sido. Não creio que a história
seja mais, em seu grande panorama desbotado, que um decurso de interpretações,
um consenso confuso de testemunhos distraídos.
O romancista é todos nós, e narramos quando vemos, porque ver é complexo
como tudo.
Tenho neste momento tantos pensamentos fundamentais, tantas coisas
verdadeiramente metafísicas que dizer, que me canso de repente, e decido não
escrever mais, não pensar mais, mas deixar que a febre de dizer me dê sono, e eu
faça festas com os olhos fechados, como a um gato, a tudo quanto poderia ter dito.
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Libro del desasosiego
Fernando Pessoa
Traducción del portugués, organización,
introducción y notas de Ángel Crespo
Editorial Seix Barrai, S. A., 1984 y 1997
Barcelona (España)
Edición especial para Ediciones de Bolsillo, S. A.
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Livro do Desassossego
Fernando Pessoa
Composto por Bernardo Soares,
ajudante de Guarda-livros na cidade de Lisboa
Formatado pelo Grupo Papirolantes
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