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la destrucción de la realidad

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Como operación delicada que es, los poetas

comienzan a roer la realidad con tal delicadeza e inocencia

que nadie, juraría, creería que eso es lo que sucede.

Se desmontan los mecanismos del pensamiento.

La orfebrería mental

se desvanece.

La realidad se aleja del corazón. Desaparece el placer.

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(Otra manera de verlo:

el mundo se aleja de los hombres

porque el mundo los sobrepasa en inteligencia,

veut dire: la Tierra piensa.)

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Se destruye la tapa de lo razonable: el cerebro

estalla.

Entonces la vuelta de tuerca,

el golpe de efecto,

retroceso para la ironía:

se ha ido,

se ha ido,

repite la voz: se ha ido

un hombre viejo que al enfrentar su vejez

decidió arrancar de la muerte

un argumento: la revelación de un misterio:

ver

lo que no existe.

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víctor redondo

Circe

Editorial Ultimo Reino, 1985

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