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VIII : 9

 

 

 

 

 

 

 

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Tengo un pájaro negro

para que vuele de noche.

Y para que vuele de día

tengo un pájaro vacío.

 

Pero he descubierto

que ambos se han puesto de acuerdo

para ocupar el mismo nido,

la misma soledad.

 

Por eso, a veces,

suelo quitarles ese nido,

para ver qué hacen

cuando les falta el retorno.

 

Y así he aprendido

un increíble dibujo:

el vuelo sin condiciones

en lo absolutamente abierto.

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