clarice lispector

 

revelación de un mundo

a descoberta do mundo

 

 

traducción: Amalia Sato

Adriana Hidalgo editora

2005

Buenos Aires

 

 

 

 

 

brain storm

 

 

 

Ah, si lo hubiera sabido, no nacía, ah si lo hubiera sabido, no nacía.

La locura es vecina de la más cruel sensatez. Engullo la locura porque me

alucina calmamente. El anillo que tú me diste era de vidrio y se rompió y el

amor no terminó, pero en lugar de, está el odio de los que aman. La silla es

un objeto para mí. Inútil para el ojo. Dime por favor qué hora es para saber

que estoy viviendo ahora. La creatividad se desencadena con un germen y

yo no tengo hoy ese germen pero tengo incipiente la locura que en sí

misma es creación válida. Nada más tengo que ver con la validez de las

cosas. Estoy libre o perdida. Les voy a contar un secreto: la vida es mortal.

Nosotros mantenemos este secreto con mutismo cada uno ante sí mismo

porque conviene, si no sería convertir a cada instante en mortal. Ibrahim

Sued dijo que era un inmortal sin toga. El objeto silla siempre me interesó.

Miro ésta que es antigua, comprada en un anticuario de Berna, y estilo

imperio: no se podría imaginar mayor simplicidad de líneas, contrastando

con el asiento de fieltro rojo. Amo los objetos en la medida en que ellos no

me aman. Pero si no comprendo lo que escribo la culpa no es mía. Tengo

que hablar pues hablar salva. Pero no tengo una sola palabra que decir.

Las palabras ya dichas me amordazaron la boca. ¿Qué le dice una persona

a la otra? Salvo “¿cómo está usted?”. Si se diera la locura de la franqueza,

¿qué se dirían las personas unas a otras? Y peor, qué se diría una persona

a sí misma, aunque sería la salvación, si bien la franqueza se determina a

nivel consciente, y el terror de la franqueza viene de la parte que hay en el

vastísimo inconsciente que me une al mundo y a la creadora inconsciencia

del mundo. Hoy es un día con muchas estrellas en el cielo, por lo menos

así lo promete esta tarde triste que una palabra humana salvaría. La peor

ceguera es la de quienes no saben que están ciegos. Abro bien los ojos, y

no pasa nada: apenas veo. Pero el secreto, éste no lo veo ni siento. El

tocadiscos no funciona, el arreglo es muy caro, y no vivir con música es

traicionar la condición humana que está rodeada de música. Por otra parte

la música es una abstracción del pensamiento, hablo de Bach, de Vivaldi,

de Haendel. Aquele abraço, yo ya no soporto esa canción que por lo demás

es tan fraternal. Sólo puedo escribir si estoy libre, y libre de censura, si no

sucumbo. Miro la silla estilo Imperio y esta vez fue como si ella también me

hubiera mirado y observado. El futuro es mío en tanto yo viva. En el futuro

habrá más tiempo para vivir y, de carambola, para escribir. En el futuro se

dice: si lo hubiera sabido, no nacía. Marly de Oliveira, yo no escribo cartas

para ti porque sólo sé ser íntima. Además sólo sé en todas las

circunstancias ser íntima: por eso soy una callada más. ¿Todo lo que

nunca se hizo, se hará un día? El futuro de la tecnología amenaza destruir

todo lo que hay de humano en el hombre, pero la tecnología no alcanza la

locura: y en ella entonces lo humano del hombre se refugia. Veo las flores

en el jarrón: son flores de campo, nacidas sin cultivo, son lindas y

amarillas. Pero mi cocinera dijo: pero qué flores feas. Sólo porque es difícil

comprender y amar lo que es espontáneo y franciscano. Entender lo difícil

no es ventaja, pero amar lo que es fácil de amar es un gran ascenso en la

escala humana. Cuántas mentiras me veo obligada a decir. Pero conmigo

misma es con quien no me gustaría verme obligada a mentir. Si no, ¿qué

me queda? La verdad es el residuo final de todas las cosas y en mi

inconsciente está la verdad que es la misma del mundo. La Luna es, como

diría Paul Eluard, éclatante de silence. Hoy no sé si vamos a tener Luna

visible, pues ya se hace tarde y no la veo en el cielo. Una vez en una

estación de aguas en Minas, adonde acompañé a mi padre, miré a la noche

hacia el cielo, circunscribiéndolo con la cabeza echada para atrás, y me

mareé con tantas estrellas que se ven en el campo, pues el cielo del campo

es limpio. No hay lógica, si se piensa un poco, en la ilogicidad

perfectamente equilibrada de la naturaleza. De la naturaleza humana

también. ¿Qué sería del mundo, del cosmos, si el hombre no existiera? Si

yo pudiera escribir siempre así como estoy escribiendo ahora, yo estaría en

plena tempestad de cerebro tal cual significa brain storm. ¿Quién habrá

inventado la silla? Alguien con amor por sí mismo. Inventó entonces una

mayor comodidad para su cuerpo. Después los siglos pasaron y nadie

nunca más prestó realmente atención a una silla, pues usarla es algo

automático. Es necesario tener coraje para hacer un brain storm: nunca se

sabe lo que puede aparecer y asustarnos. El monstruo sagrado murió: en

su lugar nació una niña que era huérfana de madre. Bien sé que tendré

que detenerme, no a causa de la falta de palabras, sino porque estas cosas

y sobre todo las que pensé y no escribí, no suelen publicarse en los diarios.

 

 

 

 

 brain storm

 

 

 

 

 

Ah, se eu sei, não nascia, ah, se eu sei, não nascia. A loucura é vizinha da mais cruel sensatez.

Engulo a loucura porque ela me alucina calmamente. O anel que tu me deste era de vidro e se

quebrou e o amor não acabou, mas em lugar de, o ódio dos que amam. A cadeira me é um objeto.

Inútil enquanto a olho. Diga-me por favor que horas são para eu saber que estou vivendo nesta

hora. A criatividade é desencadeada por um germe e eu não tenho hoje esse germe mas tenho

incipiente a loucura que em si mesma é criação válida. Nada mais tenho a ver com a validez das

coisas. Estou liberta ou perdida. Vou-lhes contar um segredo: a vida é mortal. Nós mantemos esse

segredo em mutismo cada um diante de si mesmo porque convém, senão seria tornar cada instante

mortal. Ibrahim Sued disse que era um imortal sem fardão. O objeto cadeira sempre me

interessou. Olho esta que é antiga, comprada num antiquário em Berna, e estilo império; não se

poderia imaginar maior simplicidade de linhas, contrastando com o assento de feltro vermelho.

Amo os objetos à medida que eles não me amam. Mas se não compreendo o que escrevo a culpa

não é minha. Tenho que falar pois falar salva. Mas não tenho uma só palavra a dizer. As palavras já

ditas me amordaçaram a boca. O que é que uma pessoa diz à outra? Fora “como vai?” Se desse a

loucura da franqueza, que diriam as pessoas às outras? E o pior é o que se diria uma pessoa a si

mesma, mas seria a salvação, embora a franqueza seja determinada no nível consciente e o terror

da franqueza vem da parte que tem no vastíssimo inconsciente que me liga ao mundo e à criadora

inconsciência do mundo. Hoje é dia de muita estrela no céu, pelo menos assim promete esta tarde

triste que uma palavra humana salvaria. A pior cegueira é a dos que não sabem que estão cegos.

Abro bem os olhos, e não adianta: apenas vejo. Mas o segredo, este não vejo nem sinto. A eletrola

está quebrada, o conserto é muito caro, e não viver com música é trair a condição humana que é

cercada de música. Aliás, música é uma abstração do pensamento, falo de Bach, de Vivaldi, de

Haendel. Aquele abraço, eu já não aguento mais essa canção que no entanto é toda fraternal. Só

posso escrever se estiver livre, e livre de censura, senão sucumbo. Olho a cadeira estilo império e

dessa vez foi como se ela também me tivesse olhado e visto. O futuro é meu enquanto eu viver. No

futuro vai-se ter mais tempo de viver, e, de cambulhada escrever. No futuro, se diz: se eu sei, eu não

nascia. Marly de Oliveira, eu não escrevo cartas pra você porque só sei ser íntima. Aliás eu só sei

em todas as circunstâncias ser íntima: por isso sou mais uma calada. Tudo o que nunca se fez, farse-

á um dia? O futuro da tecnologia ameaça destruir tudo o que é humano no homem, mas a

tecnologia não atinge a loucura; e nela então o humano do homem se refugia. Vejo as flores na

jarra: são flores do campo, nascidas sem se plantar, são lindas e amarelas. Mas minha cozinheira

disse: mas que flores feias. Só porque é difícil compreender e amar o que é espontâneo e

franciscano. Entender o difícil não é vantagem, mas amar o que é fácil de se amar é uma grande

subida na escala humana. Quantas mentiras sou obrigada a dar. Mas comigo mesma é que eu

queria não ser obrigada a mentir. Senão, o que me resta? A verdade é o resíduo final de todas as

coisas, e no meu inconsciente está a verdade que é a mesma do mundo. A Lua é, como diria Paul

Éluard, éclatante de silence. Hoje não sei se vamos ter Lua visível, pois já se torna tarde e não a vejo

no céu. Uma vez numa estação de águas em Minas, para onde acompanhei meu pai, eu olhei de

noite para o céu, circunscrevendo-o com a cabeça deitada para trás, e fiquei tonta de tantas estrelas

que se veem no campo, pois o céu do campo é limpo. Não há lógica, se se for pensar um pouco, na

ilogicidade perfeitamente equilibrada da natureza. Da natureza humana também. O que seria do

mundo, do cosmos, se o homem não existisse. Se eu pudesse escrever sempre assim como estou

escrevendo agora eu estaria em plena tempestade de cérebro que significa brain storm. Quem terá

inventado a cadeira? Alguém com amor por si mesmo. Inventou então um maior conforto para o

seu corpo. Depois os séculos se seguiram e nunca mais ninguém prestou realmente atenção a uma

cadeira, pois usá-la é apenas automático. É preciso ter coragem para fazer um brain storm: nunca se

sabe o que pode vir a nos assustar. O monstro sagrado morreu: em seu lugar nasceu uma menina

que era órfã de mãe. Bem sei que terei de parar, não por causa de falta de palavras, mas porque

essas coisas e sobretudo as que eu só pensei e não escrevi, não se usam publicar em jornais.

 

 

 

 

 

 

 

 


 

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