isabel bono
una casa en Bleturge
todo a cien
La niña china se suelta de la mano de su madre, corre
hasta el paso de cebra y se vuelve para señalar con el dedo
a la niña rubia. La niña rubia no es rubia, lleva peluca y un
vestido de princesa. La niña rubia mira al frente, se retoca
el pelo falso como si fuese suyo. Mientras cruza aún le da
tiempo a recogerse la falda para mostrar unos zapatos de
plástico con purpurina.
Debajo de los zapatos se transparentan unos calcetines
blancos muy usados. La niña china, que camina delante
de ella sin darle la espalda del mismo modo que lo haría
un vasallo, señala con el dedo el brillo de la purpurina.
Su madre le dice en chino que no tropiece con el escalón,
pero la niña tropieza y se ríe.
La niña china aún señala a la niña rubia cuando su madre
la empuja hacia el interior de la tienda.
La niña rubia se suelta de la mano de su abuela, admira
su reflejo en el cristal del escaparate y se recoloca la peluca
mientras su abuela habla con otra mujer. Las dos mujeres
deciden entrar en la tienda. La madre de la niña china está
detrás del mostrador. La niña china ahora es rubia y está
sentada en el suelo, con el vestido de princesa todavía des-
abrochado, colocándose los zapatos de purpurina.
La niña rubia puede ver su espalda desnuda y sus pies
desnudos dentro de los zapatos. Los zapatos parecen más
brillantes sin calcetines.
Cuando la niña china ve a la niña rubia se coloca de pie
delante de ella, la señala y se ríe.
isabel bono
una casa en bleturge
Siruela
Nuevos Tiempos
2017
Premio de Novela
Café Gijón 2016
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