marosa di giorgio
la edad anaranjada
primera edición:
octubre, 2012
Fondo de Animal Editores, 2012
Guayaquil-Ecuador
colección ave roc
en todos Ios vestidos bordaban nomeolvides
1
La vaca vino a hablar con mi padre, su rostro de felpa en rojo
afelpado; en verdad, ella no habló ni una palabra, pero al volverse,
mi padre dijo: -La vaca no está contenta. Está dramática. Quiere
más prado.
Y nos precipitamos a mirar por los ventanucos, y a lo lejos, se
veía la vaca en su prado (que parecía tan grande), con las hermanas vacas
y las hijas vaquitas.
Para disimular todo eso, tendimos con antelación, el mantel,
el almuerzo; las criadas corrían a buscar las papas, las sacaban de
debajo de la tierra, deformes y ocres. Al ser desprendidas, ellas
dieron un gruñido aterrador.
Con todo, seguimos tomando la sopa y la miel.
Apareció un conejo muy grande; sus orejas pasaban la fronda.
Y con el tic característico, hizo entender que todo el campo estaba
de pie. Y que él era el jefe. Que él era el jefe de todo.
…No obstante, resucito y creo encontrar el sendero (trenzo
mis trenzas, uso el viejo vestido de organza), la ciudadela donde
se cumplían todos los ritos, los casamientos.
Pero ¿de qué lado, y cómo? caen retratos que no sé quién
tomó. Y así, en retrato, reaparecen los santos rebeldes,
(la vaca,
el conejo,
y las papas).
•
0 comentarios