Accesible, próxima y no perdida quedaba, en medio de todo lo perdido,
una sola cosa: la lengua. Ella, la lengua, no estaba perdida, no, a pesar
de todo. Pero debía atravesar aún su propia falta de respuestas, atravesar
un terrible enmudecimiento, atravesar las tinieblas mil veces espesas de
un discurso homicida. Atravesó y no encontró palabras para lo que sucedía;
pero atravesó y pudo volver al día «enriquecida» por todo ello.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Paul Celan

 

 

 

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