luisa castro: deje de transmitir sus señales e interprete las mías

 

 

 

los hábitos del artillero

 

 

Cuando las gaviotas se lo coman todo

y en los esqueletos de los barcos proliferen

los insectos,

seguirás preguntándote qué hice contigo

después de recordarte.

 

Porque después del recuerdo vienen otras cosas

que no conociste,

que tampoco conocí porque desaparecían

al ritmo ligero de lo no deseado.

Pequeñas rozaduras que envejecían el instinto

de retenerte

y que no hacían daño, como ahora las gaviotas.

 

Todavía no, pero las veo gordas

sobre sus patas tiesas de aferrarse a los ahogados

y comerles los ojos

sin movimiento.

 

 

Porque no opone resistencia la carroña

engordarán tranquilas.

 

 

Pero todavía no,

aunque las veas.

 

 

 

 

 

 

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