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Keine Delikatessen
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Nichts mehr gefällt mir.
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Soll ich
eine Metapher ausstaffieren
mit einer Mandelblüte?
Die Syntax kreuzigen
auf einen Lichteffekt?
Wer wird sich den Schädel zerbrechen
über so überflüssige Dinge –
–
Ich habe ein Einsehen gelernt
mit den Worten,
die da sind
(für die unterste Klasse)
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Hunger
Schande
Tränen
und
Finsternis
–
Mit dem ungereinigten Schluchzen,
mit der Verzweiflung
(und ich verzweifle noch vor Verzweiflung)
über das viele Elend,
den Krankenstand, die Lebenskosten,
werde ich auskommen.
–
Ich vernachlässige nicht die Schrift,
sondern mich.
Die anderen wissen sich
weißgott
mit den Worten zu helfen.
Ich bin nicht mein Assistent.
–
Soll ich
einen Gedanken gefangennehmen,
abführen in eine erleuchtete Satzzelle?
Aug und Ohr verköstigen
mit Worthappen erster Güte?
erforschen die Libido eines Vokals,
ermitteln die Liebhaberwerte
unserer Konsonanten?
–
Muß ich
mit dem verhagelten Kopf,
mit dem Schreibkrampf in dieser Hand,
unter dreihundertnächtigem Druck
einreißen das Papier,
wegfegen die angezettelten Wortopern,
vernichtend so: ich du und er sie es
wir ihr?
–
(Soll doch. Sollen die andern.)
Mein Teil, es soll verloren gehen.
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Nada de delikatessen
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–
Ya nada me gusta.
–
¿Debo
ataviar una metáfora
con una flor de almendro?
¿crucificar la sintaxis
sobre un efecto de luz?
¿Quién se romperá la cabeza
por cosas tan superfluas?
–
He aprendido a ser sensata
Con las palabras
Que hay
(para la clase más baja)
–
hambre
deshonra
lágrimas
y
tinieblas.
–
Con los sollozos no depurados,
Con la desesperación
(y desespero de desesperación)
por tanta miseria
por el estado de los enfermos,
el coste de la vida,
me las arreglaré.
–
No descuido a la escritura,
Sino a mí misma.
Los otros saben
Dios lo sabe
Qué hacer con las palabras.
Yo no soy mi asistente.
–
¿Debo
Aprisionar un pensamiento
Llevarlo a la iluminada celda de una frase?
¿Alimentar oídos y ojos
Con bocados de palabras de primera?
¿Investigar la lívido de una vocal,
averiguar el valor de amateur de
nuestras consonantes?
–
¿Tengo que,
con la cabeza apedreada,
con el espasmo de escribir en esta mano,
bajo la presión de trescientas noches
romper el papel,
barrer las urdidas óperas de palabras,
destruyendo así: tú y yo y él ella lo
nosotros vosotros?
–
(Que sea. Que sean los otros)
Mi parte, que se pierda.
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Ingeborg Bachmann
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Nada de delikatessen
Últimos poemas,
Hiperión, 1999
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Vlad: he tenido que colgar a ingeborg, aunque me he resistido:
significa muchas acciones atípicas: dejar la poesía porque perdió
para ella el sentido. Celan. Ella murió quemada ¿? en roma, en un
hotel, se le supuso suicidio. Celan se tiró desde el mirabeau; tardaron
10 días en encontrarlo.
Todo eso fue el ciclo celan, recuerdas, claro.
Gracias
Narciso
No recuerdo. No tengo memoria para las cosas importantes.
Hay tanta verdad en lo que dice que traspasa el poema. Hay cosas que si no se sienten ni siquiera se te ocurren. Y este poema encierra esa gran verdad de esta mujer. No exagera, es que todo eso que dice lo siente. Explica lo que es la poesía sin alma, mera distracción y ejercicio intelectual, como quien hace un sudoku…
Y sin embargo, a pesar de haber perdido el interés, no sabe expresarse de otra forma.
Da qué pensar.
me quedo pasmada con la belleza de este poema. un poema escrito desde las vísceras. hermoso. está tan triste, me recuerda a nuestra querida, doliente Alejandra Pizarnik. qué bellos son los textos de los suicidas, ¿verdad?
Buf María Laura, esa frase suena a reducciomismo. Lo que tienen en común no es que sean suicidas. Sino que son poetas y están viviendo por diferentes motivos, al límite de algo. Pero a esta mujer la veo mucho más serena que a Alejandra. Alejandra urgía y aunque parezca un contrasentido, era pura vida. A raudales y de todos nos colores. Imperioso sufrimiento, vertiginoso caballo que galopaba hacia el precipicio.
No veo la conexión.
Gracias
Vlad