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por las calles de un sitio cualquiera
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claro que no tiene sentido arreglar un
viejo poema mientras bebes una cerveza caliente
un domingo en la tarde; es mejor simplemente
existir mientras el cigarro acaba;
la gente es indiferente y a pesar de que éste es un
mal término para describir
en la radio está Gershwin
golpeando y pidiendo salir;
he leído los periódicos,
fijándome cuidadosamente en los suicidios,
y también incluso he notado
lo verde de un árbol
como un poeta de la naturaleza en su última copa,
y
bang bang
helos ahí puertas afuera;
nuevos hijos, algunos alistándose
para sentarse aquí, y hacer lo que hago;
cerveza caliente, Gershwin muerto,
engordándose la panza,
sin creer que llegarán los años de hambruna,
Atlanta hiela como la cabeza de Dios
sosteniendo una manzana en la ventana,
pero al final terminamos todos engatusados y
golpeados a morir
como promesas de amantes, regateados
sin ningún beneficio,
y la radio acaba
y el teléfono suena y una mujer dice,
“estoy libre esta noche”; y bien, ella no es mucho
pero tampoco yo lo soy;
en el ardor adolescente pensé alguna vez que podía montar
un caballo por las calles de cualquier sitio,
pero rápidamente le dispararon de abajo,
“¿Tienes cigarrillos?”, pregunta ella. “Sí“, digo,
“Tengo cigarrillos”. “¿Fósforos?”, pregunta.
“Suficientes fósforos para incendiar Roma”. “¿Whiskey?”
“Suficiente whiskey para un Río Mississippi
de dolor”. “¿Estás borracho?” “Aún no”.
Ella estará encima: perfecto:
un peor‐es‐nada y un breve subidón, y
yo observo el poema en el que intento trabajar:
digo que
los callejones cubrirán
los ladridos
mientras la tarde cubre a los trabajadores
de Salinas…
mierda. rompí la página una, dos,
tres veces, fui a buscar fósforos y
cubos de hielo, frío y caliente,
con algunos hombres la conversación es mejor que
su creación
y con otros hombres
es una mujer
casi cualquier mujer
la que es su Rodin entre las bancas del parque;
pájaro caído en la pista esperando las ratas y las llantas
sé que te he abandonado,
los cubos de hielo se apilan como oro para tontos
en el jarro
y ahora están poniendo a
Alex Scriabin
lo que es un poco mejor
pero no mucho
para mí.
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through the streets of anywhere
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of course it is nonsense to try to patch up an
old poem while drinking a warm beer
on a Sunday afternoon; it is better to simply
exist through the end of a cigarette;
the people are listless and although this is a
poor term of description
Gershwin is on the radio
banging and praying to get out;
I have read the newspapers,
carefully noting the suicides,
I have also carefully noted
the green of some tree
like a nature poet on his last cup,
and
bang bang
there they go outside;
new children, some of them getting ready
to sit here, and do as I am doing—
warm beer, dead Gershwin,
getting fat around the middle,
disbelieving the starving years,
Atlanta frozen like God’s head
holding an apple in the window,
but we are all finally tricked and
slapped to death
like lovers’ vows, bargained
out of any gain,
and the radio is finished
and the phone rings and a female says,
“I am free tonight;” well, she is not much
but I am not much either;
in adolescent fire I once thought I could ride
a horse through the streets of anywhere,
but they quickly shot this horse from under,
“Ya got cigarettes?” she asks. “Yes,” I say,
“I got cigarettes.” “Matches?” she asks.
“Enough matches to burn Rome.” “Whiskey?”
“Enough whiskey for a Mississippi River
of pain.” “You drunk?” “Not yet.”
She’ll be over: perfect: a fig
leaf and a small club, and
I look at the poem I am trying to work with:
I say that
the backalleys will arrive upon
the bloodyapes
as noon arrives upon the Salinas
fieldhands….
bullshit. I rip the page once, twice,
three times, then check for matches and
icecubes, hot and cold,
with some men their conversation is better than
their creation
and with other men
it’s a woman
almost any woman
that is their Rodin among park benches;
bird down in road awaiting rats and wheels
I know that I have deserted you,
the icecubes pile like fool’s gold
in the pitcher
and now they are playing
Alex Scriabin
which is a little better
but not much
for me.
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Charles Bukowski
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Por las calles de un sitio cualquiera
De Toca el piano borracho como un instrumento de percusión
hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco
Traducción de Eduardo Espinoza Lecca, María García
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