Ah tú que dejas la poesía
porque no encuentras el rayo mortal
que no te busca: hago lo que puedo,
sobrevivo, la utilizo en defensa propia
sin poder estudiarla apenas.

He aprendido su manejo, sus leyes,
pero no puedo aprender de sus antecesores,
no poseo el oído del mundo, sino el mío.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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