MUERTE

He acudido. Dos clavos están solos

punta a punta. Caricia, yo te amo.

Bajo tierra los besos no esperados,

ese silencio que es carbón, no llama.

Arder como una gruta entre las manos,

morir sin horizonte por palabras,

oyendo que nos llaman con los pelos.

Vicente Aleixandre

Espadas como labios, 1, 1930-31

Obras completas 1924-67

Volumen I: poesía

aguilar/ biblioteca de premios nobel

segunda edición-primera reimpresión-1978

madrid


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir