antonio gamoneda
canción errónea
la leche entra en las profundidades cóncavas
tusQuets editores
Barcelona
marginales 278 nuevos textos sagrados
2ª edición: abril de 2013
La leche entra en las profundidades cóncavas, la leche
[urdida en las rosadas ubres de grandes vacas silenciosas.
[Son
torpes las vacas silenciosas. Hacen, sin embargo, donación
[muy blanca
a la pasión enferma
de vivir.
Vivir: avanzar ciegamente
hacia el gran sueño blanco.
Sostenida por manos inocentes, la leche
baja siempre del cántaro habitado por sombras
a la fraternidad del pan en su lecho de mimbres
y en su descenso trae una asistencia que conviene al can-
[sancio
de nuestro cuerpo transitivo.
Jan Vermeer
puso en las manos de una muchacha antigua
estas suaves materias que nos perdonan y
permiten reposar vertebrados, desconocer, mentir,
envejecer, ignorar algún tiempo la afilada pureza
de los límites.
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