Lápidas

[1977-1986]

(1986)

 

 

 

I

 


Tras asistir a la ejecución de las alondras has
     descendido aún hasta encontrar tu rostro dividido
     entre el agua y la profundidad.

Te has inclinado sobre tu propia belleza y con tus dedos
     ágiles acaricias la piel de la mentira:

ah tempestad de oro en tus oídos, mástiles en tu alma,
     profecías...

Mas las hormigas se dirigen hacia tus llagas y allí
     procrean sin descanso

y hay azufre en las tazas donde debiera hervir la
     misericordia.

 

Es esbelta la sombra, es hermoso el abismo:

ten cuidado, hijo mío, con ciertas alas que rozan tu
     corazón.

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir