–
–
–
–
Oigo un grito amarillo: luz desgarrada por la luz.
–
–
Por caminos de espinas, he llegado
al páramo invisible.
–
–
No merecía la pena. Me dispongo
al olvido y al vértigo. Ésta es la última
dificultad. Es excesivo
este cansancio sin destino.
No
había palomas en la eternidad.
No
había eternidad.
–
–
–
–
–
–
en Tres poemas de antonio gamoneda
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
0 comentarios