begoña abad: la medida de mi madre

 

 

 

 

 

No sé si te lo he dicho:

mi madre es pequeña

y tiene que ponerse de puntillas

para besarme.

Hace años yo me empinaba,

supongo, para robarle un beso.

Nos hemos pasado la vida

estirándonos y agachándonos

para buscar la medida exacta

donde poder querernos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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