[ezcol_1half]      

sin sueños

las camareras de pelo gris
en los cafés por la noche
se rindieron
y mientras camino por las veredas de luz
y miro las ventanas
de las casas de las enfermeras
puedo ver que ya no es
con ellas.
veo gente sentados en los bancos de la plaza
y puedo ver por la manera
en que
se sientan y miran
que se acabó.

veo gente manejando autos
y veo por la manera en que manejan sus autos
que ni aman ni son amados
ni consideran el sexo
está todo olvidado
como una vieja película.

 

veo gente en las tiendas y supermercados
caminando por los pasillos
comprando cosas
puedo ver por la manera en que
les queda la ropa y por la manera en que
caminan y por sus caras y sus ojos
que no les importa nada
y nada se preocupa
por ellos.

 

puedo ver cien personas por día
que se rindieron
del todo. si voy al hipódromo
o a algún espectáculo deportivo
puedo ver miles
que no sienten nada por nada o
por nadie y no reciben
ningún sentimiento.

 

Por todas partes veo a aquellos que
no mendigan nada sino
comida, refugio y
ropa, ellos se concentran
en eso,
sin sueños.

 

no entiendo por qué esa gente no
desaparece
no entiendo por qué esa gente no
expira,
por qué las nubes
no los asesinan
o por qué los perros
no los asesinan
o por qué las flores y los niños
no los asesinan,
no entiendo.

 

Supongo que ya están asesinados
sin embargo, no puedo acomodarme al
hecho de que existan
porque son
demasiados. cada día
cada noche
hay más de ellos
en los subtes
en los edificios
en los parques.

 

No sienten terror
por amar
o por no
ser amados. tantas, tantas, tantas
de mis criaturas
compañeras

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dreamlessly

old grey-haired waitresses
in cafes at night
have given it up,
and as I walk down sidewalks of
light and look into windows
of nursing homes
I can see that it is no longer
with them.
I see people sitting on park benches
and I can see by the way they
sit and look
that it is gone.

I see people driving cars
and I see by the way
they drive their cars
that they neither love nor are
loved-
nor do they consider
sex. it is all forgotten
like an old movie.

I see people in department stores and
supermarkets
walking down aisles
buying things
and I can see by the way their clothing
fits them and by the way they walk
and by their faces and their eyes
that they care for nothing
and that nothing cares
for them.

I can see a hundred people a day
who have given up
entirely.

if I go to a racetrack
or a sporting event
I can see thousands
that feel for nothing or
no one
and get no feeling
back.

everywhere I see those who
crave nothing but
food,shelter, and
clothing; they concentraate
on that
dreamlessly.

I do not understand why these people do not
vanish
I do not understand why these people do not
expire
why the clouds
do not murder them
or why the dogs
do not murder them
or why the flowers and the children
do not murder them,
I do not understand

I suppose they are murdered
yet I can’t adjust to the
fact of them
because they are so
many.

each day
each night,
there are more of them
in the subways and
in the buildings and
in the parks

they feel no terror
at not loving
or at not
being loved

so many many many
of my fellow
creatures.

[/ezcol_1half_end]

 

dreamlessly from Burning in Water,
Drowning in Flame

 

 

 

 

mujeres: me gustan los colores de sus ropas; su manera de andar; la crueldad de algunos rostros; de vez en cuando la belleza casi pura de una cara, total y encantadoramente femenina. Están por encima de nosotros: planean mejor y se organizan mejor. Mientras los hombres están viendo el fútbol o bebiendo cerveza o jugando a los bolos, ellas, las mujeres, están pensando en nosotros, concentrándose, estudiando, decidiendo -si aceptarnos, rechazarnos, cambiarnos, matarnos o simplemente abandonarnos. Al final no importa, ya que hagan lo que hagan acabamos solos y locos

 

 

 

women: I liked the colors of their clothing; the way they walked; the cruelty in some faces; now and then the almost pure beauty in another face, totally and enchantingly female. They had it over us: they planned much better and were better organized. While men were watching professional football or drinking beer or bowling, they, the women, were thinking about us, concentrating, studying, deciding – whether to accept us, discard us, exchange us, kill us or whether simply to leave us. In the end it hardly mattered; no matter what they did, we ended up lonely and insane

 

 

 

 

 

[ezcol_1half]          

gases

mi abuela tenía un serio
problema de gases.
nosotros sólo la veíamos en domingo.
se sentaba a comer
y tenía gases.
era muy gruesa,
de 80 años.

llevaba su largo broche de cristal,
que es lo que más se advertía
además de los gases.
los dejaba ir justo cuando la comida estaba servida
los dejaba ir en explosiones
espaciadas por un minuto de separación.
ella los dejaba ir
4 o 5 veces
cuando llegábamos a las patatas
y derramábamos la salsa
en la carne.

nunca nadie dijo nada,
especialmente yo.
tenía 6 años.
solamente hablaba mi abuela.
después de 4 o 5 explosiones
decía de una forma displicente,
“¡os voy a enterrar a todos!”

no me gustaba mucho:
primero se tiraba un pedo
y después decía eso.

esto sucedía cada domingo.
era la madre de mi padre.

cada domingo era la muerte y los gases
y el puré de patata y la salsa
y ese gran broche de cristal.

aquellas comidas de los domingos
acababan siempre con pastel de manzana y
helado
y un gran argumento
sobre una cosa u otra,
finalmente mi abuela salía corriendo
para coger el rojo tren de vuelta a
Pasadena
un lugar pestilente a una hora
y mi padre se paseaba
ventilando un diario en el aire y
diciendo, “¡es toda esa maldita col fermentada
que ella come!”
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gas

my grandmother had a serious gas
problem.
we only saw her on Sunday.
she’d sit down to dinner
and she’d have gas.
she was very heavy,
80 years old.

wore this large glass brooch,
that’s what you noticed most
in addition to the gas.
she’d let it go just as food was being served.
she’d let it go in bursts
spaced about a minute apart.
she’d let it go
4 or 5 times
as we reached for the potatoes
poured the gravy
cut into the meat.

nobody ever said anything,
especially me.
I was 6 years old.
only my grandmother spoke.
after 4 or 5 blasts
she would say in an offhand way,
“I’ll bury you all!”

I didn’t much like that:
first farting
then saying that.

it happened every Sunday.
she was my father’s mother.

every Sunday it was death and gas
and mashed potatoes and gravy
and that big glass brooch.

those Sunday dinners would
always end with apple pie and
ice cream
and a big argument
about something or other,
my grandmother finally running out the door
and taking the red train back to
Pasadena
the place stinking for an hour
and my father walking about
fanning a newspaper in the air and
saying, “it’s all that damned sauerkraut
she eats!”

 

[/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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