poemas          de ·el mundo         se acaba·

          en prosa                      [no]

 

 

Margaret estaba copiando las instrucciones para cocinar «santos asados

con cebollas” de un antiguo libro de recetas. Los diez mil sonidos del

mundo fueron silenciados para que pudiéramos oír su lápiz rayando.

El santo estaba dormido en la habitación con un trapo mojado sobre sus

ojos. Afuera por la ventana, el dueño del libro se sentó sobre un manzano

en flor asesinando limones con sus uñas.

 

 

Margaret was copying a recipe for «saints roasted with

onions» from an old cookbook. The ten thousand sounds of

the world were hushed so we could hear the scratching of her

pen. The saint was asleep in the bedroom with a wet cloth

over his eyes. Outside the window, the owner of the book sat

in a flowering apple tree killing lice between his fingernails.

 

 

 

 

 

 

 

 

charles simic

 

This is a prose poem from The World Doesn’t End

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir