I am the last Napoleonic soldier

 

I am the last Napoleonic soldier. It’s almost two hundred years later

and I am still retreating from Moscow. The road is lined with white

birch trees and the mud comes up to my knees.

The one-eyed woman wants to sell me a chicken, and I don’t even

have any clothes on.      

The Germans are going one way; I am going the other. The Russians

are going still another way and waving good-by. I have a ceremonial

saber. I use it to cut my hair, which is four feet long.

 
 
 
 
 
 
 
 
soy el último soldado napoleónico
 
 
 
 
Soy el último soldado napoleónico. Han pasado casi doscientos años
 
y sigo batiéndome en retirada de Moscú. El camino está flanqueado por abedules blancos
 
y el barro me llega hasta las rodillas.
 
La mujer tuerta quiere venderme una gallina,
 
y ni siquiera tengo con qué vestirme.
 
Los alemanes van en una dirección; yo, en la contraria. Los rusos
 
van por otro lado mientras se despiden. Tengo un sable de gala.
 
Lo uso para cortarme el pelo, que tiene metro y medio de largo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Charles Simic
 
from The World Doesn’t End: Prose Poems, 1987 by Charles Simic, printed by Harcourt, Inc.
 
Source: The World Doesn’t End: Prose Poems (Harcourt Inc., 1987)
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

fatalidad

 

Todo ocurre bajo condiciones estudiadas

 

pinball

 

Rodamos chocando inútilmente entre
la valla del Tiempo y las puertas de la sociedad