Se trata de un poema espléndido -en el sentido cabal de la palabra-

que me explica -parcialmente- la relación entre Verlaine y Rimbaud. 

Claro que, cuando he vuelto al blog para copiarlo, había un nuevo

poema aleatorio de no inferior calidad: Lluvia nocturna detrás de la

estación de servicio, del grandísimo Giannuzzi, con lo que me he 

quedado un tanto perplejo y, de momento, no volveré al blog: no

estoy dispuesto a que la poesía me acribille a balazos (poéticos).

Como exagerar es -a veces- el arma, diré que si hubiera escrito

cualquiera de los dos poemas, consideraría justificada -y más

que justificada- mi escasa y anónima existencia: podría decir 

-cuando fuera preciso y a quien fuera necesario- que yo -y no otro-

escribí Mi sueño familiar. 

Siento que esta entrada haya sido interrumpida por mis escrúpulos

poéticos. En cuanto pueda, traeré los dos poemas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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