entrecot

 

 

 

Me gusta cocinar
sospechar el punto de sal
el escaso aceite ya humea
vuelta y vuelta,
para sellar las venas
en la mente una cuenta atrás
vino, mientras rodajitas de ajo
esperan su turno
todo en sincronía
ningún movimiento a la ligera
un toque exacto
para cambiar de mano
el mango de la sartén
y deslizar con gracia la abnegada carne
por su fondo, hasta el plato.
 
 
 
 
 
 
 
 
Ángel Ferrer
Inédito
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

las tardes – Vicente Gallego

 

Pero los días, al pasar, no son
el generoso rey que cumple su palabra,
sino el ladrón taimado que nos miente.

 

exilio

 

Miraba la vida desde la ventana
de mis ojos,