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fabio morábito

 

 

 

delante de un prado una vaca

 

 

 

ediciones era S.A. de C.V.
sistema nacional de creadores de arte
de Fonca-Conaculta
1ª edición 2011
México DF

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Miro en la televisión un elefante

herido, rodeado de leones

que se lo están comiendo.

No hay en la tierra un animal

que pueda darle una muerte buena.

Corren suerte las gacelas, las cebras y los ñus:

el cuello quebrado, la asfixia

y el alivio. El elefante, en cambio,

es devorado vivo por la horda

que entre un bocado y otro

se trepa en él y otea la lejanía.

Les da lo mismo

que esa cosa enorme respire aún

y él, narcotizado por el miedo,

explica el locutor,

tal vez no sienta los mordiscos,

pero no estoy seguro.

Desmantelado a plena luz,

no hay nada que lo una a sus verdugos,

como si une, entre nosotros, la tortura,

en que se lee el dolor del torturado

y se le acosa ahí, donde mas sufre.

Un dialogo bestial, perverso pero humano.

Aqui la pura extraccion de partes,

el vándalo saqueo,

la injuria de las vísceras que asoman,

perder sentido trozo a trozo,

perder la especie sin perder los ojos,

que son, conforme el resto es deglutido,

un ojo más y más ajeno al otro

y cada uno cada vez más puro,

casi un oasis de palmeras en el polvo.

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