fabio morábito
querida emily
QUERIDA Emily,
tu vida más pequeña que un pañuelo,
tu jardín, los dos lirios en la mano
con que abrías la puerta.
El reverendo, el juez,
la aldea de prados verdes
con su tedio,
y tu padre, la más dura de las puertas.
Sedienta de más vida y temerosa
de tenerla, ambigua siempre,
bajando la escalera cuando las visitas
habían tomado ya el camino de la puerta.
Sólo en tus versos, Emily,
bajaste a tiempo todos los peldaños
y no necesitaste flores para ir a abrir
la puerta.
Ni lirios, ni prados,
ni reverendos ni jueces;
tú sola, en la miseria
de ese jardín humano, abriendo puertas.
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Fabio Morábito
Delante de un prado una vaca
Ediciones Era, S.A. de C.V.
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