INVITACIÓN A LA DALIA

Querida mía: te propongo

una visión oblicua con relación al universo.

Que tu egoísmo y el mío sean uno

y hagan el amor sin necesitar

que restauren el mundo para nosotros.

¿Es demasiado soberbio

dar la espalda a la calle

donde rugen los automóviles terroristas

y la policía rebosa de actualidad?

Tanto mejor volvernos

con huesos desconocidos. Clausurados,

macho y hembra en época de crisis,

hacia el fondo de la casa

donde hay un jardín creciendo

fuera de la historia,

capaz de barrer la sombra contaminada

entre el deseo y la carne.

He descubierto allí

una planta de dalias con el tallo surcado

por una vena roja

que asciende hasta engendrar

estallidos fríos y violáceos en lo alto.

Que tengamos comunión y bodas

con esa certidumbre vegetal. 

Joaquín O. Giannuzzi

Emecé 2000


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

identidad

 

vivo en mi tiempo
fuera de mi tiempo

 

después del incidente

 

Sigue creyendo que la luna vierte
su locura inconstante aquí en la noche,
que existe un mundo fiel