RUBÉN DARÍO 

Usted me preguntaba cómo verificar 

si está vivo o muerto Rubén Darío. 

Meter un dedo en su tumba, 

sentirlo frío, no cuenta si usted palpa 

sus huesos rendidos. 

¿Muy esquemático? 

Pero si no me equivoco 

su pregunta tenía un sentido artístico. 

En cuanto a su poesía, escuche usted 

cómo respira todavía, 

cómo recrea su vasto lenguaje 

y perfecciona y ahonda las notas de su laúd. 

Claro que ya no bebe su vino al anochecer. 

Con excepción de ese hábito 

ninguna verdad rubendariana interrumpió la muerte. 

 

JOAQUÍN O. GIANNUZZI
Obra poética
Emecé
Buenos Aires
2000
Pág. 225

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir