inexistencia
Acomodado en esta inexistencia,
observo el paso de los días sin sentido
y camino erguido con la seguridad que da la luna,
la única capaz de atravesar el tiempo, las generaciones
y aparecer de súbito entre los escombros, en medio
de la desolación; desde la trastienda de la percepción.
observo el paso de los días sin sentido
y camino erguido con la seguridad que da la luna,
la única capaz de atravesar el tiempo, las generaciones
y aparecer de súbito entre los escombros, en medio
de la desolación; desde la trastienda de la percepción.
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No niego la calidad del poema, pero inmediatamente
me surge una discrepancia que quita al poema el valor
superior que podría haber tenido para mí.
Es sencillo de explicar: la luna no me da ninguna
seguridad, ni comprendo porque sea la luna la única
capaz de atravesar el tiempo y demás.
Lo peor, con todo, es que me parece que mi discrepancia
con ese poder que el poeta le atribuye a la luna
es universal: ¿a quién le da seguridad la luna, que ya
hemos pisado; quién cree que la luna sea capaz de atravesar
el tiempo y las generaciones, o que aparezca detrás de
la percepción, si eso significa algo?
Es mi simple criterio, desde luego.
NdAlfonso
La luna, ha sido siempre un símbolo de vigilancia nocturna.
Es sabido por varios poetas, que la dosis exacta de luz de luna levanta al oprimido.
La luna es la única luz que tenemos por la noche, que es el momento del día en que el mundo ofrece su espalda,
con el riesgo de que sucedan cosas terribles y silenciadas.
Muchos grupos de música le han cantado a la luna. A la luz de luna.
Y creo que no voy a dar más explicaciones, que estas son las imprescindibles.
Ángel
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines
Yo defendía que la luna ha perdido su universalidad,
de la que siempre había gozado, porque había perdido
su universalidad para mí… es claro que la luna sigue siendo
un símbolo real y universal. Espero poder recuperarlo
como tal, pero las cosas de este tamaño no se pueden
improvisar: hay que darles tiempo; voy a dárselo.
NdAlfonso