kenneth rexroth
la señal de todas las cosas
Antología poética
TRADUCCION, NOTAS Y COMENTARIOS DE
MARCELO PELLEGRINI Y ARMANDO ROA VIAL
Edición bilingüe
Poema:
KENNETH REXROTH
de James Laughlin:
The Man in the Wall
New York: New Directions, 1993, pp. 46-47
KENNETH REXROTH
Imposible encasillarlo
Siempre dijo que era Budista
Pero cuando estaba muriendo tomó la hostia de los Jesuitas
Tal inconsecuencia era parte de su naturaleza y parte de su fuerza
Fue el perpetuo disidente
Le gustaba decir que la gente buena era la gente mala y que la gente
mala era la buena
Un fuerte defensor de los derechos de la mujer que trató mal a sus
esposas
Eligió vivir en el barrio negro de San Francisco
Publicó en medios intelectuales pero también escribió una columna
para el diario de Hearst
Tuvo buenos amigos en la alta sociedad judía y buenos amigos en el
barrio chino
Uno de sus consejeros era una puta sabia de la calle Market
Tenía una memoria fotográfica y escribió sus eruditos ensayos sin
buscar nada de información
Su momento de estudio era en la tina donde pasaba horas leyendo
libros difíciles en una tabla que ponía sobre el agua
Fue uno de los más soberbios conversadores de su generación, y un
gran cocinero, y no bebía
Le gustaba decir cosas escandalosas pero con frecuencia tenían sentido
si se podía separar el fondo de la forma
Las montañas eran el verdadero amor de su vida
Un verano fuimos hasta el cañón del rio King en las Sierras, con una
mula; podía hacer un banquete en la fogata del campamento con
lo poco que la mula cargaba
Nunca dejé de creerle cuando decía que conversaba con los ciervos y
otros animales
Cuando estábamos llegando al final de un riachuelo en la montaña
pudo ver truchas bajo el agua a cincuenta yardas de distancia
Cuando hicimos un campamento para esquiar en el lado este de las
Sierras sobre Bishop no tuvimos que instalar una tienda de campaña
porque excavó una hornacina en un banco de nieve con la punta de
un esquí, cubrió la cueva con ramas de abeto y dormimos sin frío
Una vez cuando hicimos un campamento en la nieve cerca de Mineral
King se sentó en un tronco todo el día para meditar mientras yo esquiaba
por una ladera, cuatro horas sin moverse en meditación
Había una filosofía para él en las estrellas como lo muestran sus grandes
poemas sobre las montañas, toda la historia estaba viva en su cerebro
Donde fuera que estuviera una energía emanaba de él
Un amigo lo describe como “eléctrico’’
Acepto eso si recordamos que la electricidad no sólo genera
movimiento
También produce calor y luz.
KENNETH REXROTH
Impossible to encapsulate him
He always said he was a Buddhist
But when he was dying he took the biscuit from the Jesuits
Such an inconsistency was part of his nature and part of his strength
He was the perpetual dissident
He liked to say that the good people were the bad people and the bad
people were the good people
A strong advocate of women s right who was hard on his
wives
He chose to live in the black quarter of San Francisco
He published in the highbrow magazines but also wrote a column for
the Hearst newspaper
He had good friends in high Jewish society and good friends in
Chinatown
One of his counselors was a wise old whore on Market Street
He had a photographic memory and wrote his learned essays without
looking anything up
His study period was the bathtub where he spent hours reading
difficult books on a slanting board above the water
He was one of the superb talkers of his generation, and a great cook,
and he didn’t drink
He liked to say outrageous things hut often there was sense in them
if you could untangle the gist from the rhetoric
The mountains were the true love of his life
In summer we packed up to King’s River Canyon in the Sierras, with
a mule; he could cook a banquet over the campfire coals with the
little that the mule was carrying
I didn’t doubt him when he said que conversed with the deer and
other animals
When we were finishing a mountain stream he could see trout under
the water fifty yards ahead
When we ski-camped in winter on the east side of the Sierras above
Bishop we didn’t have to pack a tent because he would carve out
a niche in a snowbank with a ski tip, floor the little cave with fir
boughs and we slept warm
Once when we were snow-camping up near Mineral King he sat on
a stump all day meditating while I climbed a ridge on skis, four
hours motionless in meditation
There was philosophy for him in the stars as his great mountain poems
show, all history was alive in his brain
Wherever he was energy was surging out of him
One friend describes him as «electric”
I can accept that if we remember electricity does not only generate
motion
It also produces warmth and illumination.
Un gran poeta describe a otro gran poeta. Laughlin dedicó su vida en publicar a otros grandes, pero por suerte no se olvidó de dejarnos el producto de su genio poético, desentendiendo la tonta -por descertada- recomendación de su maestro Pound.