Excerpted from John Ashbery: Collected Poems 1956–1987
Library of America, 2008, page 519–520.
1977 by John Ashbery
Reprinted by permission of Georges Borchardt, Inc.,
on behalf of John Ashbery.
De Houseboat Days
Cuadernos Hispanoamericanos nº 513
marzo 1993
john ashbery: y ut pictura poiesis es su nombre
y ut pictura poiesis es su nombre
Y «ut pictura poesis» es su nombre
Ya no lo puedes decir de esa manera.
Preocupada como estás por la belleza tienes
que salir a la intemperie, a un descampado
y descansar. Claro que las cosas divertidas que te pasan
están bien. Pedir más que esto sería raro
en ti que tienes tantos amantes,
gente que te admira, dispuesta
a hacer cosas por ti, pero piensas
que eso no está bien, que si en verdad te conocieran…
Ya basta de autoanálisis. Entonces,
veamos lo que tienes que poner en tu poema-pintura:
las flores son siempre bonitas, en especial la espuela de caballero;
nombres de chicos que conociste y sus trineos;
los cohetes espaciales están bien (¿existen todavía?).
Hay muchas otras cosas que tienen la misma calidad
que las que ya he nombrado. Ahora bien, hay que encontrar
unas pocas palabras importantes y otras muchas que tengan
un tono bajo y un sonido apagado. Ella se acercó a mí
para venderme su escritorio. De repente la calle era
una algarabía y el estrépito de instrumentos japoneses.
Se desparramaron testamentos rutinarios. Su cabeza
se encerró en la mía. Éramos un vaivén. Algo
debería escribirse de cómo te afecta esto
cuando escribes poesía:
la extrema austeridad de una mente casi vacía
que colisiona con el florido y rousseauniano follaje de su deseo de comunicar
algo entre alientos, aunque sólo sea en atención
a otros y su deseo de entenderte y abandonarte
por otros centros de comunicación, para que el entendimiento
pueda comenzar y al hacerlo estar perdido.
And Ut Pictura Poesis Is Her Name
You can’t say it that way any more.
Bothered about beauty you have to
Come out into the open, into a clearing,
And rest. Certainly whatever funny happens to you
Is OK. To demand more than this would be strange
Of you, you who have so many lovers,
People who look up to you and are willing
To do things for you, but you think
It’s not right, that if they really knew you . . .
So much for self-analysis. Now,
About what to put in your poem-painting:
Flowers are always nice, particularly delphinium.
Names of boys you once knew and their sleds,
Skyrockets are good—do they still exist?
There are a lot of other things of the same quality
As those I’ve mentioned. Now one must
Find a few important words, and a lot of low-keyed,
Dull-sounding ones. She approached me
About buying her desk. Suddenly the street was
Bananas and the clangor of Japanese instruments.
Humdrum testaments were scattered around.
His head Locked into mine. We were a seesaw. Something
Ought to be written about how this affects
You when you write poetry:
The extreme austerity of an almost empty mind
Colliding with the lush, Rousseau-like foliage of its desire to communicate
Something between breaths, if only for the sake
Of others and their desire to understand you and desert you
For other centers of communication, so that understanding
May begin, and in doing so be undone.
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