julieta valero
altar de los días parados
mujer que busca y va a encontrar o joven suicida, quién sabe
mujer que busca y va a encontrar
o joven suicida, quién sabe
Viuda de ti, no tienes consuelo,
y silban los perros a tu paso
—desesperada estás hermosa,
como una walkiria que hubiera varado
en la jaula de este siglo—,
.
.
silban y son la leyenda
que enumera tu dolor:
si no tengo paz,
si la tregua es un niño que a diario devoro
y las piernas caballos demenciados que nada,
nada me cuentan, si me crecen en los brazos
las armas que nutre mi aliento como un poderoso licor tropical…
.
.
Y no admites consuelo, no quieres recoger
las recetas escritas en la lengua de las bestias,
si bien tú las comprendes,
si bien la inmensa soledad de los ojos abiertos te dio
su amistad , su pelaje.
Imán de batallas,
he de aplaudirte, que vivan tus brazos haciendo
—un solo golpe— del espejo-futuro mil replicantes
que se miran espantados mientras caen y sucumben.
.
.
Te pliegas, te concentras en tus mutilaciones
y restando, restando conoces, al fin,
quién eres y al fin dejas
de fallecer.
julieta valero
de Altar de los días parados
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