julieta valero: dónde puede ser visto. qué lugares frecuenta

 

altar de los días parados

 

 

 

recita Tomás Galindo

 

 

 

 

Transcurres en todo lo que queda innombrado.

Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa.

 

Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira,

florece y se licencia

en un triste salón

y nadie va a verle.

 

Tienes lugar en los ojos de tu madre,

en la boca de amigos, sastres y tenderos,

en el silencio de los contables,

en todas las palabras, comidas y siniestros

a los que renunció tu memoria.

 

 

Pero aconteces como nunca en las aceras

cuando libre de vigilias irrumpe

tu sola forma oceánica.

 

 

Tu sola forma oceánica,

los modos del mercurio.

 

Eres un exilio, un empeño en mil direcciones,

la fuerza del viento y su mal maridaje.

Parece que tus ramas brotaran alianzas,

que todo fueran signos de un íntimo

alzamiento. Y caen

las hojas, y no hay estruendo,

sinfonía ni conclusión.

 

Aunque exactamente hermoso, un instante.

 

 

Nunca sabrás el rostro que llevas cuando nadie te mira.

Es un pez del abismo, es un cuento hecho carne,

lo que dicen los dioses cuando está amaneciendo,

lo que piensa un atlante cuando ve que le acechan.

Don del errante, gran dignidad y un lecho para la dulzura.

 

Pero tú nunca sabrás de ti en tesoro.

 

Los días cabalgan en los días,

porta un recuerdo de sí todo lo que se rompe,

la ciencia del collar rige a los mortales.

 

 

Pero tú nunca, unánime nunca, nunca cielo de ti.

 

 

 

 

 

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