li-young lee
la ciudad donde te amo
Vaso Roto Poesía
Traducción de Elisa Díaz Castelo y Adalber Salas Hernández
de Zenda
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the city in which i love you
poems by li-young lee
BOA Editions, Ltd. / Rochester, New York
1990
III
This Room and Everything in It
Lie still now
while I prepare for my future,
certain hard days ahead,
when I’ll need what I know so clearly this moment,
I am making use
of the one thing I learned
of all the things my father tried to teach me:
the art of memory.
I am letting this room
and everything in it
stand for my ideas about love
and its difficulties.
I’ll let your love-cries,
those spacious notes
of a moment ago,
stand for distance.
Your scent,
that scent
of spice and a wound,
I’ll let stand for mystery.
Your sunken belly
is the daily cup
of milk I drank
as a boy before morning prayer.
The sun on the face
of the wall
is God, the face
I can’t see, my soul,
and so on, each thing
standing for a separate idea,
and those ideas forming the constellation
of my greater idea.
And one day, when I need
to tell myself something intelligent
about love,
I’ll close my eyes
and recall this room and everything in it:
My body is estrangement.
This desire, perfection.
Your closed eyes my extinction.
Now I’ve forgotten my
idea. The book
on the windowsill, riffled by wind…
the even-numbered pages are
the past, the odd-
numbered pages, the future.
The sun is
God, your body is milk…
useless, useless…
your cries are song, my body’s not me…
no good…my idea
has evaporated…your hair is time, your thighs are song…
it had something to do
with death…it had something
to do with love.
III
este cuarto y todo lo que hay en él
Quédate quieta
mientras me preparo para mi futuro,
días difíciles que me esperan,
cuando necesite lo que ahora sé con tanta claridad.
Estoy empleando
lo único que aprendí
de todas las cosas que mi padre intentó enseñarme:
el arte de la memoria.
Estoy haciendo que este cuarto
y todo lo que hay en él
represente mis ideas sobre el amor
y sus dificultades.
Dejaré que tus gritos de amor,
esas notas abiertas
de hace un momento,
representen la distancia.
Tu aroma,
ese aroma
a especias y a herida,
dejaré que represente el misterio.
Tu vientre hundido
es la taza diaria
de leche que bebí
de niño antes de rezar por la mañana.
El sol en el rostro
de la pared
es Dios, el rostro
que no puedo ver, mi alma,
y así, cada cosa
representa una idea distinta,
y esas ideas forman la constelación
de mi idea más grande.
Y un día, cuando necesite
decirme algo inteligente
sobre el amor,
cerraré los ojos
y recordaré este cuarto y todo lo que hay en él:
mi cuerpo es extrañeza.
Este deseo, culmen.
Tus ojos cerrados mi extinción.
Ahora he olvidado mi
idea. El libro
en el alféizar, removido por el viento…
las páginas pares son
el pasado, las páginas
nones, el futuro.
El sol es
Dios, tu cuerpo es leche…
inútil, inútil…
tus gritos son canto, yo no soy mi cuerpo…
no tiene sentido… mi idea
se ha evaporado… tu cabello es tiempo, tus muslos son canto…
tenía algo que ver
con la muerte… tenía algo
que ver con el amor.
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