Los espejos, nada quieren para si

excepto cierta cantidad de luz

para provocar ese exacto movimiento

sin secuencias, que se asoma

a la vez que nosotros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ángel Ferrer

Inédito


 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir