Hace tiempo que no levanto piedras.

No es necesario que me incline a recoger el musgo verde

de las casitas naturales donde vive lsolda.

Olvidé su número de teléfono.

Ahora tengo las rodillas blancas, uniformes,

con cierta apariencia de enfermos tratados con láser,

alguna herida en forma de siete,

la pequeña operación a modo de piragua,

una suma roja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luisa Castro

PREGUNTÓ INSISTENTEMENTE ISOLDA

Ballenas

1988

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir