manuel vilas · el hundimiento · V. daddy · españa, duerme

 

 

 

poesía completa 1980-2018
3ª edición corregida y aumentada
noviembre 2019
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madrid

 

 

 

españa, duerme

 

 

Me acuerdo de que todos, con dieciocho años, teníamos

ganas de largarnos, irnos muy lejos, far away; me he pasado

más de veinte años viendo ministros de gobiernos de España

entrar en los juzgados, así pasó mi vida, viendo telediarios

con ministros y secretarios de estado y diputados y alcaldes

de pueblo y concejales y miembros de la monarquía entrando

en las dependencias judiciales, muy escoltados, con una nube

de periodistas. Esto era mi país y esto sigue siendo. Me

hubiera gustado ser uno de ellos, así al menos hubiera salido

en televisión.

Pero los españoles, anestesiados, vivíamos en los bares, y

las mujeres españolas son muy hermosas y los hombres

españoles son muy guapos. Bebíamos y bebemos. Se bebe

mucho aquí.

Pensaba en ese error histórico de la gente de aquí, ese gran

error que consiste en abrir un abismo entre la vida que

tenemos y la vida mejor que podríamos haber tenido. Para

eso estaba la política y la literatura, para cerrar ese abismo,

para alcanzar una vida diferente.

En verano me voy a las playas de España, al broncearme y

beber sangría y comer paellas y gambas a la plancha. Casi todas

las playas españolas (alguna excepción hay, como el Delta del

Ebro) son tan grotescas como nuestros telediarios. Somos una

masa caliente, muy caliente de corazones suspendidos.

Se va a parar España. Como uno de esos fúnebres relojes

del siglo XIX.

 

 

 

 

 

 

 

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