manuel vilas: resurrección: IV. el inmaduro: el inmaduro

 

 

resurrección
2005
IV. el inmaduro
el inmaduro

 

 

Me pasa siempre, y duele, y confunde. Debe ser algo relacionado
con la desesperación de vivir. Si estoy en Barcelona, me gustaría
estar en Madrid. Si estoy en Zaragoza, me gustaría estar en La
Coruña. Si estoy en La Coruña, me gustaría estar en la cima del
Aneto, comiendo setas venenosas bajo el cielo helado. Si voy al cine,
en mitad de la película me entran unas ganas revolucionarias de estar
en mi casa viendo la televisión. Si estoy sentado en el sofá viendo
la televisión, me gustaría estar muerto y enterrado en el cementerio,
contando los días que faltasen para la resurrección de la carne.
Todo me persigue, ciudades, cines, casas, cementerios. Si estoy con
amigos, preferiría estar con amigas. Si estoy con amigas, me gustaría
estar con enemigas. Si estoy con enemigas, me gustaría estar en casa
durmiendo la siesta. Si me compro unos zapatos con cordones, en que
salgo de la tienda y ando por la calle empiezo a envidiar a todos aquellos
que llevan zapatos sin cordones. Y también me pasa con las camisas,
las cazadoras, los pijamas, y las sandalias en el verano. Y también con
las vidas: Si me pienso abogado, preferiría ser médico. Si médico,
sacerdote. Si sacerdote, hombre casado y con siete hijos. Si casado,
soltero. Si soltero, viudo muy apenado. Si viudo, monje. Si monje, matador
de toros. Estés donde estés, no has acertado por completo. Siempre hay
algo más barato y mejor por ahí. Siempre hay vistas desconocidas en el
acantilado de la vida. Me está matando esto de vivir una sola vida. La
gran muerte de vivir en una sola forma.

 

 

 

 

 

 

 

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