manuel vilas: una sola vida: desamparo de la lengua

 

 

 

 

manuel vilas

una sola vida

lumen 2022

 

 

 

 

desamparo de la lengua

 

 

 

 

Oh, tú, lengua desamparada.

 

Tal vez yo me haya convertido en tu último apóstol.

 

Los hijos de los latinos que nacieron

en la inmensa tierra de Abraham Lincoln

a duras penas hablan

la lengua de sus padres.

 

Oh, tú, lengua de los pobres.

 

A ellos, sí, a ellos,

cuando los veo en las prósperas

ciudades anglosajonas trabajando

en los peores trabajos,

les digo con amor: «Háblalo,

enséñalo a tu hijos,

el español,

estas sílabas nuestras,

estas sílabas caídas».

 

Ellos me miran con gesto interrogante,

incómodo, como diciendo «cállese, se lo ruego».

 

Oh, sílabas españolas dichas

en voz baja

para que no sean oídas por el gringo rico.

 

«Cállese, cállese, se lo ruego,

usted viene de España,

usted tiene suerte,

pero yo no».

 

Cocineros de bares humeantes,

dependientas en tiendas outlet,

camareras y camareros,

conductores de autobuses,

limpiadoras y sirvientas,

pieles oscuras en trabajos duros, en obras,

en fábricas, en la industria tóxica,

en la basura,

oh, lengua desamparada,

allí dicen tus sílabas con miedo y vergüenza.

 

Oh, lengua desamparada,

ven a mi corazón desamparado.

 

Oh, lengua de los humillados,

yo soy tu último apóstol.

 

Tu novio, tu sangre, tu amor.

 

Oh, lengua de los sacrificados

para que el mundo rico siga siendo rico,

yo te doy el último beso.

 

Oh, lengua del desamparo,

vuelve a mí,

entra en mi corazón,

contempla cómo tu soledad

halla hermanamiento

con la mía,

que es siete mil veces más grande

y más antigua

que la tuya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir