maría eloy-garcía: los habitantes del panorama: el vecino y la patria

 

 

 

maría eloy-garcía

los habitantes del panorama

1ª edición septiembre de 2019

arrebato libros

madrid

 

 

 

 

1. vida en el panorama

 

 

el vecino y la patria

 

 

 

 

Ondeando enfrente la sábana medio blanca medio amarilla del vecino,

él no considerará nunca que vive en un país en las cimas del desarrollo,

su pequeña calavera cobija solo las inquietudes mínimas y de supervi­vencia,

¿qué importa un pib en su pequeño interior bruto? ¿qué importa la economía

sumergida de su yo ahogado? Una chapuza es su exterior de baldosas

de cuarto de baño, una chapuza es su educación primaria, una chapuza

es el dolor cabizbajo de andar pasillos de grandes centros comerciales;

una chapuza es el no querer pensar de su encéfalo pimpan­te. Su garganta

recuerda las conversaciones de la seguridad que da lo social, ay pasillos angostos

de los ambulatorios, ay la vida que surge en las pruebas de la diabetes, ay bulos

como dioses que parten los hemisfe­rios. Él habla de lo innato de permanecer

a quien quiera escucharle, con la autoridad que dan los silencios de la viejaniña

punzada de tiroides y sus ojos muy por fuera de sus órbitas. El vecino tiene

corredor para arrepentirse de toda su vida occidental y eurocentrista, pero no lo

hace. Luego, en el bar, la telerrealidad le da la medida de la patria. Nada es más

importante para la patria que se defiende que su profundo inmo­vilismo

de fronteras, de clichés, de lo que hemos creído ser. Ahí, muy a gusto, en la roña,

porque la roña da calor. La roña es recuerdo hecho costra, postilla, herida, bandera.

Ay, chapuza de la patria, ay soledades aritméticamente unidas.

 

 

 

 

 

 

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