Me he sentado tranquilo a escribir

pensando en ese estado de la mente

entre la vigilia y el sueño, en que el cauce

se abre, y las sombras y la luz hacen de las suyas.

Quizá pase lo mismo a la hora de morir, 

y los que creen en Dios o el Demonio vuelvan

a nacer, desmemoriada el alma, para mantener en marcha

las calderas invisibles de la existencia humana. Y nosotros

escépticos hasta la extenuación, continuemos el camino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

4 Comentarios

  1. Mabel

    También creo en la desmemoria del alma, pero me pareció verla a veces bañada en esperanza, esperando que la próxima vez, cuando el cauce se abra, cubra por fin de bondad (o de inteligencia, o de amor, o de justicia) al mundo. Si, quizás pase algo parecido a la hora de morir, pero aquí estamos, vivos. Viva el poema, Ángel.

    Responder
  2. angel

    Como decía uno que yo me sé, no tengo miedo ni esperanza.

    Gracias por ese comentario tan bonito Mabel

    Ángel

    Responder
  3. angel

    Bueno , tengo que reconocer que una poca de esperanza me queda, es verdad.

    Ángel

    Responder
  4. Mabel

    Si, lástima que la esperanza esté soportando tanta indiferencia últimamente.

    Responder

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