toniG

 

toni

 

Su realidad molecular parece entera, como su destino, sus energías íntimas y su posición espontánea

de estar de pie y apoyada de espalda a espalda en las ventanas blancas, con la luz besándole el cabello y la camisa.

Se ha quedado como pensando todo en oro, como queriendo no llorar o, simplemente, considerando sus

documentos generales, recordando su carne y su patata o, más fraternalmente, queriendo besar en su sartén a los

que sufren, despacio, sinceramente.

Tal vez está necesitando que alguien meta marcha a su piano y a sus botas vaqueras y a sus vértebras

purísimas. Sabe que la quieren o que la odian con afecto o que es, en suma, indiferente, ya que nadie le ha dado

todavía un mucho inmenso y completo y feroz.

Quizá por eso, la serie par e impar de sus órganos felices esté presionando su alma, sus costillas, su

garganta, como cuando entró en el mar descalza y era invierno y los peces le dolieron.

Ha llegado hasta aquí y se pregunta hasta cuándo, desde dónde, para qué, sí, se pregunta, se pregunta.        

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

radiografía

 

Algo que ahora sé, no tendría que haber ocurrido.

 

 

oficio

 

Algunos de mis amigos se hartan de lo mismo;
y ellos no escriben poemas.

 

balconcillos 19

 

Hay suficiente belleza en estar aquí y no en otra parte.