no hay nadie

 


Celebro esta confusión al salir del sueño,

pálida escarcha en el vidrio

cuando el calor interno, todavía,

elabora en mi cabeza un campo discontinuo

de lenguaje en preparación:

minutos antes

del agua fría y de mi entrada

al orden que juntará los fragmentos

en cuanto suene el golpe

de la primera puerta en el edificio,

el grito del teléfono

y la radio anunciando una temperatura

de dos grados bajo cero en la ciudad

y, lo que es peor,

que se ha lanzado una llamada al espacio exterior

y nadie ha respondido todavía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir